45. El lugar correcto.

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Capítulo Final.


Definitivamente la mañana siguiente fue incómoda. 

León parecía de malhumor y Gael tenía un notable sonrojo en sus mejillas cuando se sentó en la mesa para el desayuno. Nano por su parte ni siquiera los pudo mirar; él había dicho que no le importaba la noche anterior, pero supongo que repasando en su cabeza lo ruidosos que habíamos sido ya no estaba tan seguro.

Amelia hizo su parte buena. Ella se despertó temprano y llenó el incómodo silencio mañanero con sus balbuceos. Fue graciosa la cara de León cuando la niña le dijo papá a Nano y este acudió al llamado; él se quedó mirándolos por algunos segundos antes de notar mi mirada en la suya.

—Ella eligió decírselo a él antes que a mí —dije amable. León no parecía asqueado o algo así, no, él estaba sorprendido.

—¿Eso quiere decir que Amelia sería algo así como nuestra sobrina? —consultó confundido.

—Sí, eso sería correcto —dijo Nano tomándola en brazos y sentándose en la ronda. Me miró asustado y luego a sus hermanos. —Yo quizás debería hablar con mis padres para comunicarles que son abuelos.

—¿No es eso demasiado? —consultó León, dudoso.

—En algún momento yo le había propuesto casamiento a Nano ¿Sabes? —dije atrayendo la mirada de los gemelos sobre mí. —No creo que sea demasiado. Nosotros somos una familia León, yo entiendo que a ti te cueste aceptarlo pero las cosas son así.

—¿Ustedes se casarán? —continuó. De reojo vi la mirada de Nano bajar a la niña.

—Pues esa era la idea en un principio —continué. —Yo aún quiero que Amelia lleve el apellido de Nano, aún quiero casarme con él pero no quiero apresurar las cosas esta vez.

—Nosotros peleamos ¿De acuerdo? —dijo Nano cuando León volvía a separar sus labios. —Peleamos y creímos que no seguiríamos juntos.

—¿Ustedes pensaron en separarse? —consultó de todas maneras.

—Sí. Pero ya superamos esa etapa. Estamos más que bien —continuó Nano más calmado, regalándole una sonrisa. —Pero no nos queremos apresurar. A pesar de eso creo que sería bueno que mis padres supieran que tienen una nieta.

—Y Abril una sobrina —aportó León apretando el puente de su nariz. —Demonios, ella va a estar particularmente insoportable ahora.

—Abril es una niña muy tranquila —dijo Nano con la misma convicción con que había dicho que León era un buen hermano. Yo no quería corregirlo pero hasta donde yo tenía entendido y sabía él no había compartido demasiado tiempo con los muchachos. Nano se había criado prácticamente solo.

—Tú no la conoces —rezongó empujando su taza y mirando a Gael quien había terminado también. —Vamos, tenemos que recorrer las facultades y no podemos perder tiempo.

—Yo me siento un poco resfriado —dijo el chico antes de levantar sus ojos a los de su hermano. —Creo que descansaré por hoy. Tú puedes ir sin mí.

León lo miró con el entrecejo fruncido unos segundos antes de largar un molesto "Cómo quieras".

Eva llamó unos minutos después de que León abandonara el departamento. Nos invitó a almorzar, sólo serían unos minutos, ella debía regresar a trabajar durante la tarde pero como no nos había visto ese fin de semana quería hacerlo ese día. Aceptamos y le advertí que quizás Gael fuera con nosotros. Pero no. Él se negó a la invitación recurriendo nuevamente al resfrío aunque en realidad se veía bastante bien.

Nítido.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora