LOVE WHO LOVES YOU BACK •YOONMIN•

. c u a r e n t a y c u a t r o .

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— Entonces, esa vez intenté sonar coherente para que mi profesor no me regañara, pero Jimin es de esos niños que se ríen cuando están nerviosos. — Contó Jungkook con cierta gracia. — Jimin se fue a su salón y yo al mío y no pasó más.

— Hoy amanecí muy ­preguntón. — Replicó Taehyung sin despegar su vista del arte que pintaba en la pared. Jungkook le propinó un leve golpe en el hombro al chico junto a él. Taehyung soltó una risa contagiando al menor. — Ya, lo siento.

— Supuse que no me habías puesto atención desde la primera palabra que dije. — El pelinegro reclamó con un tono entre molesto y divertido.

Taehyung rodó los ojos y amplió su sonrisa al voltearse hacía Jungkook y así, con un movimiento rápido de manos, tomó las mejillas del menor y lo acercó hasta su rostro para dejarle un tierno beso.

Jungkook disfrutó aquel roce de labios, pero más allá del gesto, disfruto de la compañía de él.

Definitivamente se había enamorado de aquel joven reprimido, alegre y gracioso pero ahora, amaba con locura el joven que era libre, que sonreía y hacía lo que quería sin sentir una voz sobre su espalda gritarle "Eso está mal."

Pero el pensamiento racional de Jungkook le decía que Taehyung necesitaba ayuda profesional. No todo era color rosa, aquel castaño estaba haciendo que su vida se acelerara, estaba feliz, claro que lo estaba, pero se comportaba como un perrito que lo encierran un día y al siguiente que lo liberan lo único que quiere hacer es correr y correr.

Jungkook empezó a tener un sentido de responsabilidad cuando supo que Taehyung estaría a su lado, había rezado por su libertad y ahora que lo era, no dejaría que tomara distintos rumbos.

Al menos esa no era la visión que Jungkook tenía sobre un futuro en el cual ya contaba al sonriente castaño.

— Tae. — Le llamó Jungkook al terminar el beso que el contrario inició. El mencionado se separó del menor para mirarle a los ojos esperando a que Jungkook dijera algo. — ¿Has hablado con tu hermano?

Taehyung no pudo evitar rodar los ojos con fastidio.

— Kook, no hoy. — Dijo con advertencia y se separó de él. Jungkook frunció sus labios en desaprobación.

— Y no pongas esa cara porque ya sabes la respuesta.

— Al menos deberías intentarlo con tu madr...

— ¡No! — Gritó sin despegar la mirada del menor. — ¿Por qué debería? Ya te he dicho miles de veces que ella tiene la culpa de lo que sucede.

— Respeto tus razones pero...

— ¿Pero qué? — Taehyung preguntó con cansancio. — Aquel día que me armé de valor lo único que hizo mi madre fue quedarse con su estúpido esposo mientras tanto yo... — Taehyung detuvo su hablar cuando sintió su voz cortarse. — Baekhyun respondió por mí. Incluso a quien le debo razones es a mi hermano ¿Pero a mi madre? Siempre me ha dejado de lado, es más, le estoy haciendo un favor.

Jungkook calló tras esas palabras. Había escuchado tantas veces hablar a Taehyung con demasiado odio y no lo negaba, aquellas dos personas ni siquiera deberían llamarse padres. Solo fueron dos personas que a duras penas le dieron estudios y de comer a un niño a quien nunca quisieron.

Aquella mujer demasiado obsesionada con su esposo y aquel señor, demasiado enfermo de la mente.

— Lo sé. — Respondió el menor después de unos minutos en silencio en los cuales Taehyung se giró hacia su frente para terminar el dibujo que hacía en la pared. Jungkook bajó la mirada. — Es solo que si yo pudiera ver de nuevo a papá le diría que lo amo.