Recién pasados los 15 minutos anteriores, se había dado a conocer la gran noticia de que las vacaciones de invierno finalmente habían comenzado. Miraba a todos a mi alrededor, arrojar sus trabajos finales al cielo, algunos lanzar sus cosas y las chicas gritar emocionadas. Yo claro que compartía su entusiasmo, pero estaba mas a gusto observando a la manada desenvolverse social mente. Y como yo no era buena haciendo eso, solo miraba desde mi lugar. Recogiendo mis cosas en sigilo y esperar a que todos salieran antes que yo para no morir empujada o aplastada por todos. Podría llamarle, instinto de supervivencia.
Caminaba por el largo pasillo de la escuela poco a poco abandonado, a no ser por varios chicos que charlaban entre ellos. Yo arrastraba los pies pateando la basura que consistía en papeles, algunos hechos bola y otros simplemente estaban rotos. Me limite a pasar por mi casillero y guardar mis cosas, por lo que seguí mi camino con destino a la salida de la escuela. Ya no quería saber mas nada de este lugar de mierda.
Yo, anteriormente renegada, de nombre Ann Craig. De tan solo 17 años de edad, curso mi segundo año de preparatoria con demasiados ánimos (creo que solo me miento a mi misma) y solo espero pasar estas vacaciones, dentro de casa, leyendo, escribiendo o escuchando música dentro de mi cueva (mi habitación) y correr el riesgo de morir a causa de una muerte imbécil que, ¡vaya la redundancia!, la que se me ocurra. Solo me quedaba ver películas, comiendo un tarro enorme de nieve de fresa, y que me de un coma alimenticio. La ventaja de todo esto es, que ya no tendría que levantarme temprano y sufrir a falta de dormir. No tendría que arreglarme, ni peinar mi enmarañado cabello marrón, largo y ondulado, ni preocuparme por las ojeras en mis ojos cafés y mi tez blanca se vería menos de vampiresa.
Al menos pasaría mas tiempo con mis padres. Hilary y Walter Craig. Dos personas muy valientes y fuertes (lastima que yo no fuera así). Mi padre es policía, y para mi suerte jamas use eso como algo en contra de alguien. Mi madre es maestra de universidad y ella por lo general siempre esta ocupada, al igual que mi padre. Así que lo mas seguro es que si me introduzco en el mundo de las drogas, lo mas seguro es que no lo noten. De igual forma, ambos siempre daban lo mejor de si mismos. Mi padre dice que yo me parezco mucho a mi madre, aunque ella tenga los ojos verdes, y mi padre los ojos cafés y el cabello negro.
Aja, si...
Mi largo camino a casa, me permitió usar los audífonos y escuchar algo de música. Eso hizo que fuera mas ameno mi trayecto. Al llegar a casa, mi primer paso es subir a mi habitación y dejar mi mochila encima de mi cama, el segundo paso, (y el muy importante) enciendo mi laptop y comienzo a hacer lo que mas me gusta, claro, ademas de todo lo demás. Leer historias de terror e investigar que ha sucedido en la ciudad, incluso asuntos policiales. Mi padre dice que también seré una gran investigadora, pero sigue sin querer que tome un arma, aunque eso es imposible ya que, siendo investigadora, no me imagino a una banana como una Ruger's 30 en la mano y gritando —¡alto todos o les aviento la banana!— o algo así. ¡Claro que no!
Mi día completo se había pasado así, luego de encontrar un pequeño articulo relacionado a un foro de internet que hablaba de mi ciudad y un reciente asesinado ubicado en uno de los vecindarios mas alejados, de la misma. Algo que llamo mucho mi atención, y con lo ansiosa que me pongo. Mire de reojo la hora en mi laptop, y vaya que el tiempo se había pasado volando, cuando me di cuenta de que ya eran las 8 de la noche. Y, como toda una rutina, escuche la puerta de la entrada de la casa, abrirse. Ya habían llegado mis padres. Lo que ya no me sorprendía. Yo sonreí y deje de lado mi laptop, saliendo de mi habitación.
—¡Hola hija ya llegamos!— dice mamá sonriente, bajo rapido por las escaleras y los recibo, —¿como estas hija?— pregunta mi padre en tono alegre.
—Pues bien... diría yo—respondí mirándolos con una sonrisa.
—¿Segura?— pregunta mi madre en un tono firme y curioso. Yo me estiro y asiento lentamente.
—Claro, mamá— respondí, ella dejo sus cosas en la sala de estar y padre pasa a la cocina dejando las compras del supermercado encima de la mesa.
—No me convences, linda....— dice ella de brazos cruzados.
—Puedes decirnos, hija y si algún idiota te hace sentir mal solo dime su nombre y con eso tengo para seguirlo hasta el fin del mundo— menciono mi padre en un tono preocupado.
—Estoy bien— aclare, —¿y como les fue?— les pregunte, mi madre siguió a mi padre hasta la cocina y ellos se miraron de reojo, me recargue en el marco de la entrada a la cocina y resople.
—Bien, cariño... por cierto, te tengo unas noticias muy buenas, para ti...— dice ella con una larga sonrisa en su rostro.
—Ya díselo, cariño— menciona mi padre sentándose junto a la mesa. El sonríe de forma burlona.
—Ann, te inscribí en unas clases de pintura. Y empiezan este Lunes— soltó ella en un tono emocionado, yo la miro boquiabierta y enarco una ceja, molesta.
—Y no te rehusaras de nuevo... ¿entiendes?
—¡¿Pero que?!.... mamá ya te dije que eso no me gusta ademas yo no se pintar... ¡eso es para niños pequeños, no para mi!
—Hija ya es hora de que salgas... ademas no te hará daño conocer nueva gente y tomar clases extras... no te la pasaras encerrada estas vacaciones, no estas— dice mi padre.
—Es cierto.... ya que lo único que conoces es la pantalla y el teclado de tu computadora... ¡no es sano!...
Mi madre trato de cautivarme con falsas esperanzas de que todo saldría bien y de que nada malo me pasaría si me enseñaba a utilizar mi tiempo en algo mas importante que solo gastar el internet.
¡Pero no funciono!... ¡Contrólate, Ann!... ¡No trates de gritar o decir algo ofensivo!
Respire hondo y camine de lado a lado de manera desesperada, luego me detuve y los mire, ellos querían reírse a carcajadas mientras me miraba, pero se contenían.
—Como les encanta verme sufrir...— murmure, —bien, pero no me presionen o si no les pintare las caras— dije, finalmente les di la espalda y camine a las escaleras.
—¿Que les pasa? acaso les pico algún mosquito radioactivo y la segunda fase es ir todos de campamento ¡mierda!... tal ves soy paranoica, aunque me jodieron con esas clases extras... ¡mierda!— pensé en voz alta en un tono apenas audible.
Bueno, tal vez tendré que retrasar todos esos planes que ya tenia listos.
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Dibújame una sonrisa /Bloody Painter/
FanfictionEra tan inesperada la forma en como todo había surgido, me sentía extrañada porque nunca ningún chico se había enamorado de mi de la forma en que tu lo hiciste. Pero aun cuando tus labios habían besado los de alguien mas, y aun cuando te odiaba con...