Victoria había insistido en celebrar mi cumpleaños y a pesar de mi poco ánimo, no había podido negarme. Era mi último día en los cuarteles de Hellsing, por lo que me dispuse a complacer a la vampira de ojos carmín que se había tomado la molestia de consultar a Kaien por mi pastel favorito y prepararlo ella misma.
La celebración había sido de hecho, divertida. Una vez más Victoria me había observado comer como si no hubiese mayor maravilla en el mundo. Mi única regla para participar de buena gana en todo aquello era que no me dieran obsequios, se me hacía sumamente incómodo e innecesario. Así que la atracción principal del festejo fue la competencia de tiro.
Eliminar a Kaien fue fácil, después de todo su especialidad era el combate con espadas. Walter ni siquiera lo intentó aludiendo a que su edad no se lo permitía (si claro), Victoria no participo con la excusa de que se necesitaba un jurado imparcial. "A la chica policía le va mejor con las armas de alto calibre" comentó Alucard mofándose de la chicha quien se sonrojo notoriamente. Los pocos soldados de Hellsing que lo intentaron se vieron claramente superados y abandonaron tras la segunda ronda de tiros.
Para mi sorpresa Kaname dio la pelea, aunque finalmente fue vencido por Toga (quien se lo sacó en cara el resto de la tarde) cuando elimino un total de 14 frisbees en 20 segundos, contra los 12 de Kuran. Kaito fue humillado (porque no hay otra forma de decirlo) por Integra quien no solo elimino los frisbees y dio en los 5 de 5 blancos... si no que se tomó la molestia de escribir "me debes la renta" con sus balas.
La ronda final inició con un clima algo tenso, Kaito había aprovechado la congregación de personas para abrir apuestas. Por su puesto la favorita era Integra, era obvio considerando que quienes apostaban eran sus empleados. Aunque aquello no quitaba que la mujer tenía una excelente puntería.
La prueba consistía en una cancha de tiro con blancos estáticos, la dificultad era lograr los 100 tiros en los dos minutos que teníamos. Yo me consideraba una persona competitiva, pero ver a Toga enfrentarse a dos vampiros y la directora de Hellsing había revelado una nueva faceta de mi maestro. Integra tenía un aura algo atemorizante y la sonrisa de Alucard no auguraba nada bueno.
Finalmente, Toga terminó en cuarto lugar con 80 tiros perfectos y 5 blancos sin tocar (simplemente porque su tiempo acabó). Yo haciendo gala de mi mayor velocidad logré dar en los 100 blancos, sin embargo 12 de mis tiros no dieron en la anhelada x... por lo que terminé en tercer lugar.
Las expectativas en la cancha crecieron después de que Integra acertó cada uno de los tiros con total perfección. La única forma que había de que Alucard ganara el encuentro era lograr los 100 tiros en menos tiempo que su ama... y vaya que lo hizo. De su cuerpo se desprendió una sombra que con múltiples brazos comenzó a disparar, completando el circuito en un tiempo récord de 32 segundos y 14 centésimas.
Integra se había mostrado satisfecha con el desempeño de su sirviente, al parecer para ella era suficiente saberse superior a todos los demás.
-La señora Integra habría ganado si hubiese sido una competencia de esgrima- Oí decir a uno de los soldados que se lastimaba por su dinero perdido. Tuve que tragar duro cuando Kaito propuso que la aristócrata hiciera una demostración de su habilidad con la espada contra mi (porque del "equipo asiático" yo era el único que sabía blandir decentemente una espada, aparte de Kaien claro).
-Vamos Zero, practicabas horas con Ichiru este tipo de cosas no se olvidan- Para Kaito era fácil decirlo, él no se iba a enfrentar a la mujer que era capaz de escribir frases con una pistola.
-Siempre puedes rendirte vampiro- Dijo Integra con una sonrisa mientras Walter acercaba su equipo de esgrima.
-Yo lo haré- La voz de Kaname me sobresaltó ¿Kuran sabía siquiera tomar una espada? Recordé cómo ni siquiera sabía que tocaba el cello. Era molesto, saber que más allá de ser un sangre pura y el hombre con quien cogí por dos años apenas y lo conocía.
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Till the sun sets in the east (KaZe)
FanfictionZero estaba solo, le habían abandonado y rechazado, lo había perdido todo. Tuvo que dejar atrás muchas cosas, sus miedos, su odio, su identidad, para aprender que la vida a veces de una forma intrincadamente dolorosa le entregaba una nueva oportuni...