Zero estaba solo, le habían abandonado y rechazado, lo había perdido todo. Tuvo que dejar atrás muchas cosas, sus miedos, su odio, su identidad, para aprender que la vida a veces de una forma intrincadamente dolorosa le entregaba una nueva oportuni...
El aire en sus pulmones se convirtió repentinamente en agujas, agujas que parecían querer romperlo desde dentro, podía sentir su pecho estrujarse aparto el cuerpo sobre el suyo violentamente, sin importarle el dolor del desgarro en su cuello.
-¡Qué diablos Kuran!- Gritó Zero desde el suelo donde había caído tras haber sido empujado.
-¿Lo hiciste verdad?- Los ojos rojos del peliplata le observaron con enojo y desconcierto a igual partes -Lo hiciste...¡Te acostaste con él!- La expresión del cazador se desconfiguro por un segundo. Su mirada volvió a su color amatista normal, un filo hilo de sangre aún corría por la comisura de sus labios
-Kaname yo....-
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You're never gonna love me, so what's the use? What's the point in playing a game you're gonna lose? What's the point in saying you love me like a friend? What's the point in saying it's never gonna end?
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Era uno de los pocos días realmente soleados que la ciudad tenía durante el año, a pesar de que había pasado casi un mes desde que la primavera había llegado Edimburgo seguía con su clima frio y sombrío.
Los rayos que se colaban por la ventana del taller y daban de lleno en su rostro le producían un cosquilleo que ya había perdido su familiaridad, Zero se regodeaba de ser un vampiro que estaba acostumbrado al sol, pero claramente estaba perdiendo el hábito, quizás no sería mala idea ir a pasar el periodo de vacaciones de verano a un lugar algo más templado...
-Tierra a Zero- La voz de Maeve captó su atención -Dios, pensé que te habíamos perdido... ¿En qué piensas tanto?-
-No es nada- Respondió en modo automático -Vamos terminemos esto, tengo que pasar por un encargo en dos horas-
-¿Regalo para tu novio?- Maeve se arriesgó a molestarlo. Zero le lanzó una mirada filosa como advertencia una que la chica decidió no tomar en cuenta -Ah claro, se me olvido especificar para cuál de los dos novios...-
El peliplata se limitó a apretar la mandíbula, quería responder que nada de eso era cierto, pero sabía que solo conseguiría que Maeve continuara molestándolo y, además la culpa lo carcomía. Solo un bufido y continuó con su trabajo silenciosamente el resto de la tarde.
