Capítulo 8: Los consejos de Freddy

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Era Lunes, el peor día de la semana y el más aburrido, ya que comenzábamos con Matemáticas y luego seguía Historia. Tuve que prestar atención durante las dos clases, ya que Luis se encontraba durmiendo, tapado con su polera azul marino, amo esa polera, es la que usó el primer día de clase.

- Señor Lizárraga, hágame el favor de despertar a su amigo - dijo el profesor, quién estaba de mal humor, y más cuando se dio cuenta de que Luis estaba dormido mientras este explicaba la clase.

- Esta bien, profesor - respondí. - Luis... despierta... el profe te va a castigar si no lo haces.

- ¿Eh? ¿Qué? ¿Mami? - dijo este, fuerte.

Todos comenzaron a reírse, y yo me tapé la cara, avergonzado.

- Buenos días, Señor del Carpio, ¿qué tal amaneció? - dijo el profesor, sarcásticamente.

- Buenos días, profesor, pues aún estoy un poco cansado,¿ y usted que tal amaneció ?

- Encima respondón - lo miró el bajito pervertido, molesto - bueno clase, así como su amigo no prestó atención y veo que mi clase le da sueño, les dejaré una pequeña tarea... tienen que ir al museo de la nación y hacer un informe de... mmm... 8 páginas y lo tienen que entregar el viernes, que nos volvemos a ver, agradezcan que soy bueno porque les pude dejar que lo hagan hasta el miércoles, que nos toca de nuevo, pero les dejé hasta este viernes, así que espero un buen trabajo.

Todos abuchearon

- Sebastián, controla a tu novio... - gritó desde lejos, Aarón

Me avergoncé al escucharlo, mis cachetes se pusieron muy rojos y me encogí de hombros, nervioso.
En ese momento sonó el timbre de recreo y todos comenzaron a guardar sus cosas para bajar al patio.

- Hermanito, hoy no podré salir contigo al recreo - me dijo Luis.

- ¡¿Por qué?! No nos hemos visto desde la semana pasada - le reclamé.

- Es que quedé con Cayetana en que saldremos juntos... mañana salimos juntos ¿ok?

- Esta bien - lo miré, triste.

Bajé al patio, con mi lonchera, y alguien me empujó desde atrás.

- ¡Ups! Me tropecé - dijo Aarón, sarcásticamente, mientras se iba al patio acompañado de Frank y Max.

Recogí la lonchera del suelo, mi taper de comida se había salido de esta y también mi caja de jugo de uva, que al propósito, adoro ese sabor. Alguien se agachó a ayudarme a juntar todo lo que se había caído.

- Deja que te ayudo. - me dijo una voz suave, masculina.

Levanté la mirada y era el chico de cabello negro, Freddy. Parecía escena de película, en donde al chico se le caen las cosas y luego el otro lo ayuda, chocando miradas y comenzando una historia de amor, lo cual no iba a pasar, uno porque es muy cliché y dos porque es la vida real, no una película de Hollywood.

- Ho... Hola - le dije.

- Holi - respondió este - estoy yendo a almorzar, sobre las bancas, cerca al campo de fútbol. ¿Vamos? O estás esperando a alguien.

- Si... Sorry, no, no espero a nadie.

- Vamos entonces.

Fuimos a las bancas que se encontraban frente a la cancha de fútbol.

- ¿Y cómo estás? ¿Qué tal te trata el Lunes?

- Una mierda - respondí - primero clase de Matemáticas, luego Historia del Perú, y para colmo nos dejaron un ensayo de 8 páginas.

Un nuevo comienzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora