- ¡Noooo! ¡Luissss! ¡Nooo! - grité con toda mi alma, mientras lloraba sobre el cuerpo de Luis.
- Ven, tranquilo - me dijo Lucas. Tratando de mantener la calma me levantó del suelo y me abrazó con mucha fuerza.
Ambos estábamos llorando pero lo importante era que tenía a mi mejor amigo a mi lado. Mientras lo abrazaba vi el rostro de Aarón, quién estaba petrificado y conteniéndose las lágrimas.
- ¡Despejen el área! Ahí vienen los paramédicos- dijo un profesor e hizo que los alumnos que se estaban amontonando se alejen.
Llegaron los paramédicos y vi que comenzaron a tomar el pulso de Luis y el de Freddy.
- No tiene pulso - dijo uno de ellos, que estaba sobre el cuerpo de Freddy.
- ¡Traigan una camilla urgente! - llamó el otro, quien luego colocó el cuerpo de Luis sobre esta- tiene el pulso débil, no resistirá más. ¡Vamos, rápido!
Se llevaron ambos cuerpos a dos ambulancias diferentes, Lucas y yo seguimos a los paramédicos hasta la que llevaba a Luis.
- Señor ¿podemos ir con ustedes? El es nuestro amigo - le dijo Lucas al paramédico.
- Esta bien pero sólo una persona, no más.
- Anda tú, Sebastián.
Asentí con la cabeza y subí al vehículo. Cuando ya nos estábamos yendo, Lucas, a lo lejos, movió los labios diciendo "cuídate".
Todo el trayecto estuve nervioso y temblando, hasta que llegamos al hospital y me obligaron a salir rápidamente para llevarse a Luis.- ¡Llevémoslo al quirófano! - dijo un médico que estaba en la entrada del hospital.
- Tú, ¿cómo te llamas? - se dirigió una doctora a mi.
- Emm... Sebastián - le dije, temblando.
- Ok, Sebastián - me tocó el hombro, tranquilizándome - quédate en la sala de espera y aguarda, ¿está bien? En un momento saldremos a darte los resultados - me dijo con un tono súper dulce.
Asentí con la cabeza y fui a la sala de espera, nervioso, mientras se llevaban a Luis al quirófano.
Pasaron alrededor de 30 minutos, los cuales fueron los 30 minutos más largos de mi vida, y la mamá de Luis llegó, preguntó en donde se encontraba su hijo y la derivaron a donde yo estaba.- Hola, Sebastián.
- Hola, señora del Carpio.
- ¿Qué fue lo que pasó? - dijo esta, conteniéndose las lágrimas.
Le conté todo lo ocurrido, esta mantuvo la calma en todo momento pero yo sabía que por dentro se estaba retorciendo de dolor al enterarse que su hijo estaba entre la vida y la muerte.
- Familiares de Luis del Carpio - dijo la doctora, la misma que me derivó a la sala de espera.
La mamá de Luis y yo nos levantamos al mismo tiempo.
- Si... - dijimos al mismo tiempo.
- Llegamos a estabilizar a su hijo, ahora se encuentra en UCI, pero lamentablemente, por la seriedad del golpe, tuvimos que inducirle al coma, ya que una parte del cerebro estaba inflamada y corríamos el riesgo de perderlo.
- Doctora, ¿podemos verlo? - preguntó la madre de Luis, con tono de preocupación - por favor.
- Esta bien pero deben entrar de uno en uno y sólo estar cinco minutos a lo mucho. Vengan, acompáñenme.
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Un nuevo comienzo
Novela JuvenilEsta es la historia de Sebástian Lizárraga, un chico de 15 años quien se cambia de escuela para poder empezar de nuevo y dejar su pasado atrás, pero lo que no sabe es que este lo va a perseguir y tendrá que enfrentarlo sea como sea.