Capítulo 1. Todos nos preguntamos: ¿Cuándo vamos a morir?

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—Sabes algo Aarón, tengo la sensación de que mañana puede ser mi último día en esta vida

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—Sabes algo Aarón, tengo la sensación de que mañana puede ser mi último día en esta vida. Llámame loca histérica e imaginativa, pero dime: "¿Quién no tiene fecha de caducidad?"

­­­­­­Ella se levantó esa mañana con esa pregunta rondándole la cabeza, cuando algo estaba ahí no había quién se lo sacara y no dudó en llamar a su amigo a las 8:00 a.m. de un sábado para hacer semejante cuestionamiento.

—Tienes razón, eres una loca histérica e imaginativa que no me deja descansar ni siquiera los sábados, pero diré que sí, todos tenemos fecha de caducidad. —Bostezó algo adormilado—. Por lo que vuelvo a estar de acuerdo contigo, sin embargo, no podemos estar todo el día todos los días martirizándonos por si hoy será nuestro último día en la tierra, ¿te imaginas cómo sería nuestra existencia misma? Una reverenda locura, porque no seríamos capaces de enfrentar la realidad ni de vivir el día a día disfrutando cada momento por pensar si justo en ese instante vamos a morir —respondió sentándose mejor en su cama, pero aún irritado por haberlo despertado tan temprano.

—Pues si lo pones así suena demasiado trágico y aburrido, creo que en mi cabeza sonaba más bonito aquel planteamiento y como idea para la columna de hoy. Igual gracias por responder mi llamado de urgencia creativa, querido mejor amigo —le respondió ella con voz cantarina y sin una pizca de remordimiento de haberlo despertado de esa manera.

—Claro Camila la próxima que vuelvas a llamarme en medio de mi sueño reparador; haré que te tragues las ideas a punta de sarcasmos de mi parte.

El mal humor se hizo presente, pues estaba que le explotaba la cabeza por no poder dormir bien la noche anterior, esto por acostarse tarde tratando de terminar de diseñar una página web para un cliente un exigente.

—¡Uy! ¡Qué amargado estás hoy! Nos vemos luego en mi casa, recuerda que mi querida hermanita Amelia está de cumpleaños y quiere que estés ahí, dice que tu amargura siempre le da buena suerte —dijo Camila viendo qué se ponía esa mañana para salir a realizar unas compras.

—Qué graciosa eres —fingió una risa—. Pero de verdad..., ¿tengo que ir? Hoy quería quedarme todo el día jugando Fortnite con mis amigos virtuales. Entre trabajar y estudiar, siento que me estoy volviendo loco.

Rogaba porque fuera una broma más de su amiga, ya que salir a festejar era lo que menos quería hacer ese día, ni siquiera tenía ánimos de jugar solo de estar durmiendo.

—Ya deja de quejarte, solo ve un rato y luego te podrás ir a tu casa a encerrarte a jugar y hablar con tus amigos virtuales. Llega a las 6:00 p.m. calculo que terminará temprano, Ethan se llevará a Amelia a una cena romántica a eso de las 8:00 p.m., así que no tienes que preocuparte por quedarte hasta tarde —le contó los planes a su amigo y agregó—: Hazme ese favor, sino quién la aguanta con su berrinche de que no estuvieron sus personas favoritas en el día más importante de su vida —exclamó Camila haciendo gestos exagerados, como imitando una voz exasperada por la falta de tacto de su amigo.

El Blog de Camila [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora