Capítulo 19. Confrontaciones y algo más

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La noche apenas empezaba y la sorpresa que Aarón la había preparado a Camila estaba por iniciar, primero la llevó al restaurante donde comieron las bondades que ofrecía el mar, tomaron vino y rieron de cada ocurrencia que ambos decían

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La noche apenas empezaba y la sorpresa que Aarón la había preparado a Camila estaba por iniciar, primero la llevó al restaurante donde comieron las bondades que ofrecía el mar, tomaron vino y rieron de cada ocurrencia que ambos decían. La felicidad estaba que se desbordaba entre ellos, pues ese día justamente cumplían otro mes como pareja.

—Todavía no me creo que ya tengamos cinco meses juntos —dijo Camila caminando junto Aarón tomados de las manos, después de salir del restaurante.

—Pues créelo, porque está sucediendo y es lo mejor que me ha pasado en mi vida. —Se detuvo y la atrajo hacia él aprovechando que en ese momento no pasaba nadie por el sendero de rocas que daban hacia la playa.

—¿Qué piensas hacerme, Aarón? —Lo miró sonriendo mientras subía sus brazos para entrelazarlos sobre el cuello de él.

—Te pienso tomar de rehén y escaparnos al interior de mi corazón —le susurró al oído haciendo que a Camila se le erizara la piel de solo escucharlo con esa voz seductora de que tiene.

—Y si mejor me escapo contigo a otro lugar, ¿qué harás? —Ahora fue ella quien le habló cerca a su oído para luego depositar un beso en su cuello. Se alejó de él y salió corriendo en dirección al hotel.

Aarón fue detrás riendo por la ocurrencia que había hecho, igual la asombrada sería ella una vez llegaran a la habitación. Y tal como lo imaginó la reacción de Camila fue descomunal cuando minutos después de aquella carrera, entrara al recinto y viera que estaba adornado con pétalos de rosas blancos y rojos, con un camino de velas encendidas hasta llegar a la cama donde dormirían.

—¡Oh por Dios! ¿En qué momento hiciste todo esto? —exclamó sorprendida mirando todo el lugar anonadada por aquel detalle que había hecho Aarón, ese fue el toque final, después de la serenata que también le había realizado en la cena bajo la luz de la luna.

—Tuve mis cómplices para ello. Pero no entremos en detalles, ahora solo quiero disfrutar el resto de la velada con la mujer de mis sueños, de mis desvelos y mis alegrías. —Desbloqueó su móvil y buscó la canción adecuada para el momento dejando que esta llenara el lugar con su melodía.

Caminé hacia ella para invitarla a bailar, nos quitamos los zapatos para sentirnos más cómodos sobre los pétalos de rosas. Ella solo me miraba como hipnotizada por el momento mientras que yo la sostenía por la cintura con mi mano derecha y con la otra le acariciaba la suave piel de su espalda descubierta, acerqué mi rostro a su cuello para darle pequeños besos por este. Yo me deleitaba con su aroma a vainilla sutil y ella se dejaba llevar por el roce de nuestros cuerpos.

La música de pronto dejó de resonar en nuestros oídos, pues ahora lo único que escuchábamos eran nuestras respiraciones agitadas por los besos y caricias que nos dábamos, la acosté sobre la cama para que se impregnara con el olor de las rosas. La despojé de su vestido blanco de tirantes dejando al descubierto las curvas de su cuerpo, verla así expuesta ante mí me hacía delirar de pasión ante ella, sentía mi corazón desbocarse; porque no era solamente nuestros cuerpos los que hablaban, sino también nuestras almas. Ella me quitó la última prenda que cubría mi cuerpo y sonriendo me volvió a besar de manera más apasionada, enroscando sus piernas sobre mis caderas para que quedara su intimidad cerca de mi miembro.

El Blog de Camila [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora