Capítulo 2. ¿Qué se cree cupido?

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—Hola Aarón, tengo una interrogante de cómo abordar el tema cursi en mi blog

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—Hola Aarón, tengo una interrogante de cómo abordar el tema cursi en mi blog. ¿Recuerdas que me ibas a ayudar viendo una película tan melosa que diera ganas de vomitar flores, bombones y corazones?  —comentó su amiga apenas llegó a su casa dejando su cartera en el sillón y dándole a él unas bolsas con las compras de lo que comerían mientras vieran las películas.

—Hola Camila, ¿será que tus saludos podrían estar solos en lugar de siempre traer una pregunta contigo? —La miró incrédulo—. Y sí, recuerdo mi promesa de burlarnos de las películas cursis y ese amor meloso. Pasa rápido, antes de que me arrepienta haberte prometido semejante sandez —dijo él divertido.

—Gracias mi Aaroncito hermoso. —Le agarró los cachetes como si fuera un niño pequeño.

—No me agarres así, eso duele. —Se sobó los cachetes adoloridos—. ¿Tienes alguna película en mente? —preguntó viendo qué traía adentro las bolsas del supermercado.

—Bueno estaba pensando en ver Titanic, El diario de una pasión o una más actual como esa... ¿Cómo era que se llamaba? Que la chica se le pasa enviando cartas a sus crushes —preguntó Camila tratando de recordar el nombre.

—Mmm, creo que se llama "Todos los chicos de los que me enamoré" y esa es la primera parte, sino me equivoco sacaron la segunda. ¿Segura que quieres ver esa? Prefiero ver las viejas, son cursis, pero tienen escenas calientes que a mí me entretienen y algunas historias fueron reales —respondió con sonrisa pícara, ganándose un golpe en el hombro por su impertinencia.

—Tú siempre con tus hormonas alborotadas, estás buscando que te mande a castrar químicamente y te conviertas en mi eunuco. —Ella se cruzó de brazos tratando de verse seria, pero en realidad no aguantaba la risa.

—No seas agua fiesta, yo te ayudo y tú me ayudas —dijo cerca de ella y esta lo miró con cara de pocos amigos—. Calma, hablo que te ayudo viendo esas películas romanticonas y yo me divierto viendo las escenas que me gustan, mínimo te dije que te acostaras conmigo. Entiendo que tengo mis encantos, nena. —Sonrió de medio lado y le guiño el ojo izquierdo para darle más dramatismo a su broma.

Ella lo miró con fastidio y a la vez resignada a que él siempre sacara algo con doble sentido, aunque no se le podía negar que ahora de adulto se había vuelto muy apuesto y más con su cuerpo trabajado sin exagerar.

—Si a eso vamos, debiste acordarme traer mi lencería más sexy, digo ni el chico que vive cerca de tu casa y vende Hot Dogs deja de mirarme cada vez que vamos a su puesto a comprar. Creo que se llama Jeremy, ¿cierto? —le dijo en tono divertido y mirada socarrona.

—Tú ganas, prefiero que salgas con Marcus a que sea con Jeremy. Si supieras las clases de porquerías que me ha contado, saldrías corriendo. Su mente pervertida supera el triple a la mía, así que por favor evítalo a toda costa —comentó asqueado recordando las anécdotas subidas de tono que a veces le contaba aquel chico cuando se encontraban reunidos con otro de sus amigos en común.

El Blog de Camila [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora