—Tengo un nuevo tema para mi blog y siento que es necesario hablarlo —le comentó Camila a Aarón mientras hablaban por teléfono.
—¿Cuál es ese tema que te está rondando la cabeza Camila? —preguntó su amigo, mientras recogía su ropa de la secadora.
—Es sobre las etiquetas que nos ponen para describirnos. Le ponemos etiquetas a todo en la vida y ¿qué pasa cuando esa "etiqueta" no te corresponde? Vivir limitados a lo que piensen los demás se vuelve tedioso y hasta hipócrita. Te dicen: "Ahí va la gordita", "Él es el sabelotodo", "La rara", "El gigante", "Eres feo (a)", "El abogado", "La contadora"; y un montón de etiquetas más que nos ponemos o nos ponen de acuerdo a la circunstancia.
Pareciera que, si no colocamos esa etiqueta antes del nombre de la persona, no sabríamos identificarlas —terminó de hablar Camila sobre el tema que tenía en mente.—Pienso que para algunos es la forma más fácil de dar una descripción tuya, el problema radica en que, o se abusa de colocarlo o lo haces de manera despectiva como algunos de los ejemplos que mencionaste. Ahí es donde te afecta, sin embargo, el compromiso de eliminarlo se vuelve abrupto cuando es algo tan normalizado. —Se sentó Aarón en la cama para conversar más tranquilo sobre el tema.
—Y eso es la campaña que quiero llevar con la columna de hoy, hacer ver y entender que ese tipo de "descripciones" son absurdas. —Mientras conversaba con Aarón redactaba su sentir sobre el tema en el blog.
—Si te pones a pensar un poco más, hasta nosotros mismos tenemos etiquetas desde que nos conocemos. Sobre todo, la de ser tu mejor amigo y ahora agregar la de tu novio ficticio —lo mencionó en forma de broma, sin embargo en el fondo quería tirar una pequeña indirecta a Camila: cambiemos "ficticio" y que sea mejor algo real.
—Sí, me gustan las que tenemos; pero la de novios ficticios... ¿Hasta cuándo lo seremos? —preguntó eso último sin darse cuenta que sonaba como a una especie de pregunta trampa y dejó a un Aarón tras la línea dubitativo en responder si lo que ella quería escuchar es lo mismo que él estaba pensando.
—Pues depende si lo quieres volver real o ponerle fecha de caducidad, tú decide. —Inhaló con nervios de lo que acaba de decir, cabía la posibilidad que respondiera que no.
—Todo dependerá en que no me rompas el corazón sin ni siquiera haber empezado —respondió nerviosa y miró un retrato de ellos dos cuando se fueron de vacaciones al Archipiélago de San Blas, en aquella foto de verdad parecían pareja. Ella abrazándolo efusiva y él mirándola con devoción.
—Primero que me parta un rayo, antes de hacerte daño —contestó él dejando salir esa casi confesión. A Camila se le aceleró el corazón y prefirió cambiar de tema.
—Oye, me preguntó Amelia si queríamos salir a un nuevo bar and grill hoy, seríamos nosotras, Ethan y tú, en caso de que aceptes. —Agarró un bolígrafo y empezó a garabatear corazones—.Te agradecería que me acompañaras, no me gusta estar de mal tercio —dijo media un súplica para no ir sola a aquel lugar.
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El Blog de Camila [Completa]
Teen FictionCamila cansada de buscar blogs que no digan las cosas como en realidad son, sin tantas medias tintas, se propone a crear su propio espacio en la web abordando temas que nadie le gusta hablar. En medio de todo esto descubrirá que en la persona que má...