Capítulo 17. Amigos con derechos

78 39 31
                                    

—Romina, ¡ya no sé qué hacer con esta situación! —exclamó Camila agotada con el tema de la intromisión de Carolina en su relación con Aarón

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—Romina, ¡ya no sé qué hacer con esta situación! —exclamó Camila agotada con el tema de la intromisión de Carolina en su relación con Aarón.

—Tienes que hacer lo que me habías dicho..., enfrentarla. No lo tomes como marcar territorio, eso déjaselo a los perros. Hablo de que te des tu lugar, no puedes rebajarte a armar una pelea de gatas, no señora tienes que demostrar que no necesitas meterte por los ojos a ningún hombre solo para tenerlo. En fin ya sabrás el momento apropiado para ello —la animó Romina dándole una palmada amistosa en la espalda.

—Estoy de acuerdo contigo, pero lo último que derramó el vaso fue ver el maldito sostén en manos de Aarón, los celos me carcomen. Ya pasé por una infidelidad y no quiero volver a estar en esa posición de nuevo, más si debo agregar que es quien me consoló en esa época de sufrimiento que tuve por Arturo —dijo Camila tapándose la cara con sus manos frustrada por la situación.

—En estos momentos quiero creer, que en verdad Aarón se comportará y no cederá ante las insinuaciones de la chica; pero hay que estar preparadas para el peor de los casos: el engaño —consideró Romina comprendiendo a su amiga y en el fondo deseando que él no la haga sufrir, porque sería algo catastrófico.

—Bien, ya no voy afligirme más por este asunto. Cambiaré el tema y te diré que... ¡Al fin terminé mi informe de práctica profesional! —Aplaudió emocionada mirando a su amiga.

—¡Eso Cami!, concéntrate en cosas más importantes. Así que felicidades amiga mía, ya falta poco para cumplir tu meta —elogió Romina junto con un abrazo.

—Sí. Y Romi, ¿cómo vas con el embarazo? —preguntó Camila.

—Gracias a Dios, muy bien. Lo que me tiene feliz es que no he tenido los típicos achaques que dan como: el vómito, fatiga y demás. Al contrario, me he sentido tranquila, uno que otro mareo leve y en cuanto a las comidas lo único que no puedo comer, ni oler es el chocolate, y sabes lo que adoro comerlo —mencionó riéndose por lo último, pues tanto ella como Camila aman comer chocolates.

—Eso sí que es raro —dijo divertida Camila.

Mientras conversaban sobre temas triviales, entró Amelia a la habitación de Camila.

—Mira quién ha llegado. Chica nos tenías abandonadas —dijo Romina mirando de arriba abajo a Amelia con una sonrisa.

—Es que ahora tiene nuevo pretendiente. Ya se olvidó del tonto de su ex y de nosotras también. —Se echó a reír Camila.

—Qué manera la de saludarme tienen ustedes, no he ni terminado de entrar y ya me atacan. ¡Me siento indignada! —Se tiró en la cama de Camila y ellas hicieron ver que rebotaron.

—Cuéntame eso de que ya estás saliendo con alguien, lo quiero saber todo. —Empujó Romina levemente a Amelia para que soltara el chisme.

—¡Que no es mi novio!, solo estamos en plan salida. Ya saben conocerse a ver que tal funcionan las cosas —confesó Amelia sentándose mejor en la cama.

El Blog de Camila [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora