Capítulo 5. ¿Las coincidencias existen?

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El fin de semana anterior las cosas se salieron un poco de control para Camila, su cita con Fabricio no resultó como ella había pensado y terminó discutiendo con su mejor amigo, las cosas no podían estar peor

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El fin de semana anterior las cosas se salieron un poco de control para Camila, su cita con Fabricio no resultó como ella había pensado y terminó discutiendo con su mejor amigo, las cosas no podían estar peor. A diferencia de esta semana que había iniciado tranquila por lo menos y todo se estaba regulando. Un ejemplo de ello era en su trabajo, pues ya tenían el reemplazo de Nicolás, por lo que ella ya no tendría que hacer doble turno y terminar agotada en extremo.

—Buenos días Camila —la saludó Elizabeth, dueña de la librería. Una mujer de estatura mediana, cuerpo esbelto, cabello rojo, tez olivácea y ojos café; que no pasaba de los 45 años.

—Buenos días, Sra. Elizabeth —respondió ella acomodando los libros nuevos que habían llegado en las estanterías para su exhibición.

—¿Puedes venir un momento? —la llamó para que se acercara al mostrador—. Debo presentarte al reemplazo de Nicolás, ya no demora en llegar. —Justo en ese instante se abrió la puerta del local haciendo sonar la campanilla y dejando pasar una chica joven de unos 21 años aproximadamente, estatura baja, tez morena, cabello cortado al hombro color negro y ojos verdes. Llevaba ropa cómoda: un suéter de color lila, unos jeans ajustados y unas zapatillas converses en blanco—.Mira, es ella a llegado a tiempo.

—Si, veo que llegó puntual —mencionó Camila un tanto asombrada por quien había llegado, pues jamás se imaginó que se toparía con la hermana de su ex novio Arturo. El mundo es demasiado pequeño y más para este tipo de coincidencias.

—Buenos días —saludó la nueva integrante de la librería "El Arte de leer". Sonrió con timidez y se acomodó el cabello detrás de su oreja.

—Bienvenida Mariana, a tu primer día. Te presento a Camila, serán compañeras a partir de ahora, espero que la convivencia sea amena —dijo Elizabeth presentándolas mientras le entregaba a la nueva integrante una carpeta con las políticas de la empresa y un manual de todo lo que hace una dependiente.

—Gracias, leeré lo que me ha dado y me pondré manos a la obra. —Sonrió  Mariana  sintiéndose un poco más relajada, a pesar de que sabía que trabajaría con Camila trató de que eso no afectara su rendimiento en su nuevo trabajo. Al final quien había cometido el error era su hermano y no ella. 

—Camila, como no se encuentra Lucía  para entrenarla  por estar aun de vacaciones, deberás encargarte de este asunto —indicó la dueña de la librería.

—Está bien, no hay problema señora Elizabeth. —Asintió con una sonrisa, aunque en el fondo no tenía ánimos de hacerlo—. Mariana, acompáñame a buscar los libros que estarán en oferta esta semana.

La chica le hizo caso y fue detrás de ella para empezar su entrenamiento.

Terminada su jornada, se dirigió a la universidad como de costumbre, cuando se encontró con Aarón sentado en una de las bancas que estaba cerca de la facultad de Derecho, tenía en sus manos una pequeña caja de regalo y este miraba su celular como matando el tiempo hasta que giró su cabeza en dirección a ella en cuanto divisó que se acercaba.

El Blog de Camila [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora