25. CARTA PERO (NO) DE AMOR

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Ya había caído la fresca tarde cuando el joven De Loughrey, después de interminables horas, pudo guardar su violín en el estuche que le correspondía. Acariciando con la mano, el material suave y frío con el que estaba confeccionado el exterior, a su mente vino de nuevo su último encuentro con la chica de cabellos castaños, con su secreto. Tras ella confesarle su vivencia y aquel recuerdo perdido entre las paredes, Calen no perdía ojo a cualquier suceso, objeto o movimiento extraño y sin sentido que ocurriese en la mansión. Pero para su mala suerte, no encontraba nada fuera de lugar, y confiando ciegamente en esa chica, supo que debía observar más a fondo. 

Durante sus caminatas por la Villa y sus paseos hacia cualquier estancia, las pausas eran más que necesarias para observar todo con detenimiento y pasear sus manos por cualquier superficie que le hiciese desconfiar. Claro que, a su amiga Peternelle, no le pasó por alto su comportamiento extraño y distante de las personas que le rodeaban. Sin embargo, se abstuvo de añadir nada hasta esa tarde. 

Elle mantenía una conversación con Calen mientras se dirigían a la sala, o al menos su intención era mantener una. El joven paró bruscamente su caminar, e ignorando toda palabra que Peternelle pronunciaba, se acercó a un jarrón de porcelana blanco digno de admirar. Segundos antes de decidirse a romperlo estrellándolo contra el suelo, una voz femenina conocida le devolvió a su realidad más dura. 

Lady Felicia apresuraba más su caminar a cada paso que daba, como si la felicidad más pura la embriagase por dentro y por fuera. El bajo de su vestido anaranjado apenas rozaba el suelo y en sus manos enguantadas sujetaba un papel, que Calen reconoció como una carta. Antes de pararse a pensar si su prometida habría reaccionado bien a la carta que le envió él dos semanas atrás, sus ojos verdes ya leían las líneas del papel. Peternelle juntó su cabeza a la de su amigo para leer con él. Si en el rostro de la joven Bythesea se formó una sonrisa, no debió de ser muy bonita, puesto que alegría sentía la justa. Aunque no por ella, si no por su amigo. Calen tragó saliva, y al levantar la mirada posándola en su madre, supo que había hecho todo justo como sus padres esperaban.

—Lee el contenido en voz alta, vamos. Si su respuesta es tan maravillosa como tu carta, tendremos mucho que celebrar- exclamó la mujer, terminando con una palmada.

Y así lo hizo Calen, justo después de inspirar hondo para calmarse.

Estimado Calen: ¡Es tan grato recibir noticias tuyas! Pensé que pasarían muchas semanas más antes de que una carta tuya llegase a mis manos, pero tu caballerosidad demuestra lo equivocada que estuve. Si una cosa he de decir previa a responder tus preguntas, es que lamento no haber ido a la fiesta por tu decimoctavo cumpleaños. Como asumo que sabes, mi querida madre cayó enferma tras el parto de mi hermana Emmeline y recayó días antes de tu fiesta. Me ausenté de muchas apariciones en público por tenerla bajos mis cuidados, y el baile en la Villa de las Gardenias fue una de ellas.

>>Si algo puedo asegurarte con fervor es que mi estado de salud no podría ser mejor y me alegra que tú te encuentres en la misma situación. Cuando supe que deseabas contraer matrimonio conmigo, seré sincera, no me sentí dichosa completamente pero sí supe que sería feliz a tu lado. Hablan maravillas de ti, Calen, tantas que llegan a resultar confusas. Debido a eso, espero ansiosa el día en que nuestras miradas se crucen y por fin podamos acortar las distancias.

Siempre tuya, etc

Elizabeth De Glenn<<

Un remolino de emociones golpeaba cada parte del interior de Calen, luchando por salir, gritando por escapar. Pero él permanecía impasible. Ya tenía su respuesta, y no había nada malo en ella. Apenas reaccionó cuando, en una hermosa muestra de cariño, Peternelle acarició sus hombros cubiertos por la chaqueta dorada e intentó esbozar una sonrisa. Si de algo podía alegrarse, sería sin duda de que su prometida no abrazaba con amor su unión; y de saber que no sufriría como lo había hecho con los cortejos de Aprylinne. 

AVELINE.   El secreto de la Villa de las GardeniasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora