Uno En Un Millón - ChrisErick

Es un imbécil

Erick Brian Colón caminaba por el pasillo con orgullo. Aquí estaba, veintidós y finalmente viviendo un sueño. Había estado trabajando para VélezBros Entertainment desde que se graduó de la universidad hace unos meses, trabajando para la secretaria del presidente y CEO de VélezBros Entertainment.

Pero ahora, ahora era su oportunidad.

Trabajar como asistente de la secretaria de Jonathan Vélez, Isabela Mendoza, había sido agradable. Tanto el jefe como la secretaria eran amables con él, al igual que los otros empleados, pero Erick siempre había sabido que estaba destinado a más. No planeaba seguir trabajando en la compañía como asistente de Isabela por el resto de su vida, quería convertirse en la mano derecha de los jefes.

VélezBros Entertainment era una reconocida compañía de producción y Erick ya se consideraba afortunado cuando lo contrataron hace unos meses. Había personas muy cualificadas trabajando allí y cada uno de ellos ya tenía su propia secretaria, por lo que estaba atrapado como asistente de secretaria.

Pero después de meses trabajando bajo la sombra de alguien, el presidente de la compañía finalmente vio su potencial y fue promovido como secretario alias asistente personal.

"Ya casi llegamos" La mujer responsable de llevar a Erick a su nueva oficina afirmó.

Erick no sabía el nombre de la mujer ya que esta era la primera vez que la veía, pero le sonrió cortésmente. "Gracias por tu ayuda."

"No te preocupes. Es parte de mi trabajo de todos modos". Respondió suavemente, mirándolo. "No te pongas nervioso".

"No lo estoy." Erick se rió un poco. Aunque era una mentira. Estaba jodidamente ansioso en este momento. Él iba a ser el asistente personal de alguien y no solo alguien común... era la persona a cargo, el Vicepresidente y Director de la compañía. Su nuevo jefe también era uno de los accionistas de la compañía y el hijo menor del fundador.

En pocas palabras, Erick definitivamente estaba nervioso.

La mujer sacudió la cabeza, sonriendo. "Eres un terrible mentiroso".

"También pareces nerviosa". Comentó Erick, al mismo tiempo que se sonrojaba por haber sido atrapado.

"El director es un hombre muy encantador". La mujer parecía genuinamente avergonzada.

"Eso he oído." Erick se encogió de hombros. Todavía no se había encontrado con el Director en persona ni lo había visto en revistas. No le importaban esas cosas. Estaba aquí para trabajar, no para coquetear con su empleador. Sin embargo, si los rumores fueran ciertos, que el menor de los Vélez más joven era tan guapo como su hermano, sería una ventaja para él. Al menos sería un espectáculo para sus ojos. "Algunas personas me dijeron que es un playboy".

"Es verdad." La mujer respondió. "¿Quién no lo sería con la apariencia que tiene él? ¡Además, ser rico tampoco hace daño, pero eso es lo de menos porque es tan condenadamente guapo!"

Erick decidió dejarla en paz sin comentar nada más. Claramente, todas las chicas que trabajaban en el edificio habían caído bajo el hechizo de Vélez. Incluso Isabela no podía dejar de hablar sobre su nuevo jefe. A medida que se acercaban a la habitación más alejada del piso 19, la mujer a su lado estaba cada vez más inquieta y su rostro parecía más rosado. Actuaba como si fuera a encontrarse con el hombre de sus sueños. Fue ella quien le dijo que no se pusiera nervioso, pero parecía que las cosas habían cambiado.

La mujer llamó a la puerta y la abrió sin esperar el consentimiento de la persona detrás de ella. "Disculpe, señor. Me gustaría ..."

Tan pronto como se abrió la puerta, tanto Erick como la mujer se sonrojaron al ver ante ellos tal escena. El director de VélezBros Entertainment no estaba solo. Había un hombre en su oficina y dicho hombre estaba sentado en el escritorio mientras el Director estaba sobre él, compartiendo un beso apasionado.