📖 CAPÍTULO - 19

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La semana siguiente pasó en un abrir y cerrar de ojos, siendo nuevamente viernes y a tan solo un día o más bien a horas para la reunión en casa de los Ridgley.

En esa semana, Leo se enteró gracias a Chloe que era lo que le estaba pasando a Trevor.

El problema que tenía él demonio era que su último contrato había sido con una chica humana, la cual estaba sufriendo de acoso escolar, por lo que a cambio de su alma quería que él se deshiciera de los chicos y chicas que no la dejaban vivir tranquila.

A diferencia de cómo mostraban en algunas historias o películas en las que, cuando se realizaba un contrato o pacto con un demonio y este llegaba a su fin, la persona moría y era condenada al infierno, en la realidad no era así. La chica siguió viviendo luego de que el contrato con Trevor terminó, solo que cuando llegara el día de su muerte, su alma no iría a descansar al Santuario de las Ánimas que tenían los Dioses, sino que sería para Trevor, proporcionándole un poco más de energía a su demonio lo que significaban más años de vida.

La chica no pensó en una manera para deshacerse de sus agresores, así que lo dejó a elección de Trevor, solo le pidió que no los matara, pues a pesar de lo malos que habían sido con ella, ella no era igual y no creía poder vivir sabiendo que fue la causante de esas muertes. No obstante, si deseaba que les diera un buen susto para que no lo volvieran a hacer y que por lo mismo se fueran de la ciudad.

El demonio fácilmente lo llevó a cabo. Sin embargo, algo que no esperó, fue que la chica desarrollara un enamoramiento hacia él por el simple hecho de haberla "ayudado" y por hacerla sentir "protegida" —algo que no entendía ya que en realidad ella le estaba pagando. Trevor nunca comprendió esa facilidad con que algunos humanos podían dar su alma—. Otra cosa que tampoco vio venir era que esta le pidiera que fueran novios, pero él aún no le daba una respuesta. La chica era muy bonita y encontraba que ya había sufrido suficiente como para también ser rechazada, pero sabía que tenía que analizar los pros y los contras de tener una relación con una humana antes de aceptar.

Por otra parte, solo se habían besado una vez y fue a pedido de ella, obviamente él no se negó, después de todo tenía que ver si serían compatibles, puesto que si no se sentía bien un simple beso, no tenía que darle muchas vueltas al asunto, pero el beso resultó ser bastante bueno. Él sabía que podría aprovechar esa oportunidad para por fin tener sexo y sacarse el estrés que tenía acumulado por los otros absurdos contratos que tuvo como prueba, no obstante, por primera vez estaba considerando mantener una relación con alguien y tomarlo con calma, dado que disfrutaba estar con la chica y sentía que esa relación podría valer la pena. Cabe destacar que la joven también era bastante inocente, Trevor no concebía como siquiera logró hacer el ritual de invocación, pero lo hizo, así que debía realmente estar muy desesperada.

Cuando le comentó a Leo que necesitaba echar un polvo, era verdad, pero no sería con ella. No se veía capaz de usarla para una noche conociendo los sentimientos que tenía por él y menos darle falsas ilusiones en el caso de arrepentirse, por lo tanto, cuando Aiden dijo que podía presentarle a su amigo supuso que no sería nada serio, podría quitarse su frustración y luego podría pensar tranquilamente en la opción de hacer a la chica su novia. Nunca creyó que justo esa persona y que justo en ese momento encontraría a su pareja destinada y ciertamente rechazar al zorrito no era una opción para él, pues luego de haberlo visto y notar que era todo lo que deseaba al menos físicamente, se conocía lo suficiente como para saber que no se conformaría con solo ser compañeros con un enlace emocional y no sexual-emocional, ya que si él iba a tener un compañero sería el paquete completo.

Para Leo la solución estaba clara, solo deseaba que su amigo supiera hacer las cosas y no perdiera a su destinado.

Por otro lado, las preocupaciones del vampiro no cesaron, ya que junto a Aiden y Connor tenían otras cosas que tratar. Dejando de lado el tema de la reunión familiar y el propósito por el que se realizaría, al pelinegro aún no le venía su celo. Supuestamente su periodo de calor se presentaría algún día de esa semana y rogaban que no fuera justo el día en que se reunirían con el resto de la familia Ridgley.

Dos lazos para un híbridoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora