📖 CAPÍTULO - 37

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Faltando quince minutos para las nueve de la noche, Aiden recibía la gran noticia de que su tío Arthur visitaría a los Tyler el sábado próximo.

Alison se encargó de avisar al íncubo mayor sobre la sorpresita que le tenía preparada -aunque solo fuera decir que le presentaría a alguien especial-. A lo cual Arthur solo había respondido con una suave risa, sin siquiera imaginar la magnitud de lo que le esperaba.

Media hora después y ya solos en el departamento, los tres ordenaban y limpiaban las cosas utilizadas ese día, hasta que el pelinegro se excusó para ir por algo con que abrigarse, dado que las noches se tornaban frías.

Leo al ver que no volvía pasado unos minutos y no oír ruidos de pasos o traqueteo por parte de su pareja, avisó al león que iría a verlo por si le había sucedido algo. Sin embargo, al entrar a la habitación de Connor -debido a que ahí el menor tenía sus cosas-, no esperó encontrarlo plácidamente dormido, lo que le hizo preguntarse qué a donde se había ido toda esa euforia que junto a Connor creyeron estaría dominando los sentidos de su compañero.

Estaba seguro de que la energía de Aiden subió en el momento que Alison le dio la buena noticia como predijo el mayor. Él incluso fue capaz de sentirlo en su propio cuerpo y supuso que Connor también. Mas lo que no se percataron ambos jóvenes, es que como ese estado optimista y alegre donde la energía subió, había bajado en menos de media hora cuando por fin se quedaron solos, pues fue en ese momento donde las emociones de Aiden dieron un giro de 180°, puesto que el temor de que su tío no lo aceptara y lo alejara, invadió sus pensamientos con mayor fuerza que las veces anteriores, dado que ahora si era un hecho que se conocerían, dejando en su cuerpo una sensación de cansancio.

Aiden de verdad estaba odiando esos cambios de humor en él dada la incertidumbre, esa duda e inseguridad que antes no era parte de su vida. Aunque lo que si debía agradecer era que se había enlazado con Leo, lo que le otorgaba algo más de seguridad... seguridad de que el sí continuaría siendo parte de su vida al igual que Connor. Siendo sus pensamientos antes de haber caído dormido mientras olía la almohada del león que estaba perfumada con su relajante aroma.

-Aiden está dormido -dijo Leo en tono casual al volver a la cocina junto a Connor-. Debe estar muy cansado, muchas emociones para un fin de semana, también llego su celo y nos acoplamos.

-Eso creí... Mi pequeño lobito ha estado muy inestable últimamente.

-Yo no puedo decir lo mismo del íncubo, ya que recién hoy puedo percibirlo en su totalidad, pero supongo que además de inestable debe sentirse constantemente ansioso. Ahora que nos enlazamos, según lo que leí, es solo cuestión de un par de días para que muestre su trasformación completa.

-Y lo peor es que mañana ya debemos ir a clases. Ojalá su transformación llegue cuando estemos acá -comentó el león suspirando cansado-. Ahora será mejor que nosotros también nos vayamos a dormir.

-Connor... -Leo lo llamó al ver que este caminaba hacia los dormitorios, el cual detuvo su paso sin voltear al escuchar su nombre-. ¿T-Te molestaría si duermo con Aiden? -Al ver como al mayor se le tensaban los músculos de los hombros y cerraba sus manos en puños, añadió-. Si no quieres que lo lleve a mi habitación, entiendo... Quizás podríamos dormir los tres juntos, obviamente con Aiden entre nosotros.

-C-Claro... No hay problema -respondió, para luego continuar caminando.

Al llegar al dormitorio, Connor sonrió al ver como Aiden abrazaba su almohada. Se acercó a él para sacarle el polerón que con anterioridad se había ido a colocar -dado que junto a Leo le proporcionarían el suficiente calor para que no tuviera frío-, y mientras lo movía con mucho cuidado para posicionarlo en el centro de la cama y a la vez taparlo con las mantas, pensaba en lo ocurrido con el vampiro solo minutos antes. No sabía cómo explicar lo que sintió ante la petición de Leo, pero de que fue algo incómodo y desagradable, lo fue.

Dos lazos para un híbridoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora