El pelinegro aun dormido se removió incomodo en la cama, sentía mucho calor y como que caminaban hormiguitas en su cuerpo, además de lo húmeda y adolorida que sentía toda su parte baja. De modo que, buscando un poco de alivio, trató de desplazarse lentamente a alguna parte donde la sabana estuviera más fresca, sin embargo, no contaba con el gran cuerpo que le impidió moverse a gusto.
Ya totalmente despierto, pero sin abrir los ojos aun, recordó que no estaba en su dormitorio, sino que la noche anterior había vuelto al departamento de su novio y apretando los párpados para luego abrir de forma somnolienta sus ojos, se encontró con la mirada divertida y excitada del león.
—Lle-Llego mi celo, ¿verdad? —Connor asintió y el menor le dio una sonrisa coqueta—. Entonces, ¿qué esperas para ayudarme? —preguntó subiéndose sobre este y se sacó la polera que vestía.
—Esperaba que despertarás. No te imaginas lo mucho que me gusta verte cuando inicia tu período de calor, te vez tan indefenso y a la vez tan necesitado. —Luego de dar unos cuantos apretones con ambas manos a las nalgas del exuberante trasero de Aiden, comenzó a meter sus manos a través de la parte superior de su bóxer verde menta, bajándolo despacio como si no tuviera ningún apuro.
—No... —jadeó el menor apoyando sus manos y rostro en los pectorales de Connor y levantando instintivamente su trasero—. L-Lo que pasa es que te gusta verme sufrir... y me torturas sabiendo que lo que más quiero es tenerte dentro de mí lo antes posi... ahh...
Connor lo interrumpió yendo un poco más lejos en su jugueteo, separando las nalgas de este mientras las amasaba, llevando sus dedos cada vez más al centro, peligrosamente cerca de esa entradita que quería violar y no parar hasta que se corriera profundamente dentro de esas estrechas paredes.
Si bien el que estaba en celo era Aiden, por estar ya acoplados, Connor sentía sensaciones muy similares a las de su pareja, solo que tenía un poco más de autocontrol —solo un poco.
Esto sucedía dos veces al año y duraba una semana, por lo que, si en una pareja acoplada no coincidían sus períodos de calor, pasaban por cuatro celos juntos.
A estas alturas su león se encontraba igual de deseoso que el lobito de Aiden, por otra parte, sabía que luego de esta primera vez Aiden estaría más controlado —aunque necesitaría seguir teniendo sexo al menos una vez al día durante el resto de la semana—. Mas se lo quería tomar con calma desde un principio y disfrutar de la intimidad. Desde hacía mucho que no lo hacían, exactamente desde la aparición de Leo y esa vez sólo había sido sexo rápido luego de clase. Ahora, aprovechando que estaban en su departamento y en su cómoda cama, quería sentir hasta el último rincón de la suave y exquisita piel de su pareja.
Escuchando que Aiden no podía dejar de jadear y soltar suaves lloriqueos en su pecho, con un rápido movimiento lo puso nuevamente en la cama, quedando el lánguido cuerpo de su pareja a su merced. Era evidente que Aiden ya no tenía la fuerza suficiente ni para seguir con sus reclamos, así que ubicándose entremedio de las dos piernas bellamente torneadas, las levantó para poder deslizar con más facilidad sus manos desde las pantorrillas hasta los muslos, donde se detuvo para hacer un pequeño recorrido de besos, para después de nuevo depositarlas suavemente en el colchón y continuar sus caricias por los costados del abdomen de este, en el cual se inclinó para dejar un camino de chupetones desde el aterciopelado pubis, pasando por el ombligo, hasta llegar al estómago.
Estaba evitando lo más que pudiera tocar tanto su propio pene como el del menor, queriendo extender lo máximo posible el orgasmo de ambos y estaba claro que si se tocaban llegarían de inmediato. Por supuesto ninguno quería eso.
Al llegar a la altura de las tetillas, inició rodando los dos pezones entre sus dedos y cuando acercó su boca, intercaló entre succiones y mordiscos. Amaba los soniditos que emitía el menor cuando con sus dientes jalaba del piercing de su pezón izquierdo.
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Dos lazos para un híbrido
Romance❝ Encontrar a tu destinado, tu otra mitad, esa persona especial que siempre estaría a tu lado... debería ser algo maravilloso, ¿no? Pero ¿qué pasaría si te enteraras que debes compartir a esa persona con alguien más? ❞ NOTA: ↳ Si la historia posee a...