📖 CAPÍTULO - 08

2.3K 251 8
                                    

—¡¿Cómo que "se te otorgaron dos destinados"?! ¡¿Quieres decir que el otro aroma agradable que sentías era porque este chupasangre también puede unirse a ti?! —preguntó Connor exaltado, casi gritando, si es que no rugiendo y señaló a Leo, el cual solo rodó los ojos por la maldita forma que tenía de referirse a él.

—Pues... sí —respondió Aiden nervioso, no le gustaba ver a Connor enojado. Su voz le hacía total justicia a lo fuerte que aparentaba y que realmente era, por lo tanto, no podía evitar sentirse intimidado. Pese a saber que no le haría nada a él, contra Leo no había limitaciones y aunque no conocía en profundidad al peliblanco, sabía que por el simple hecho de ser un vampiro de sangre pura era igualmente poderoso. Odiaría ver un enfrentamiento entre ambos chicos—. Creo que tú por ser un cambiaforma, eres el compañero de mi parte lobuna —dijo dirigiéndose a Connor, para luego mirar a Leo—, y tú que eres un vampiro, eres el de mi parte demoníaca.

—Lo supuse —dijo esta vez el vampiro en tono serio—. Desde que te presentaron al curso sentí una sensación extraña al verte. Como sé que muchos te desean, te encuentran hermoso y dicen que tienes algo que atrae, creí que podías haber hecho alguna cosa para que se sintieran así y yo ser uno más que cayó ante tus encantos, provocando que pasara los días pensando en ti, pero eso sería muy loco ¿no es así? —vio como Aiden y Connor asentían mirándolo de manera rara y suspiró de forma pesada, arrepintiéndose de contar las estupideces que en algún momento llegó a pensar—. Tal vez tampoco debería decir esto, sin embargo, como estamos aclarando todo, seré sincero al decir que cuando quería estar con una chica en mi mente veía tu rostro y me ponía mal, sentía que ninguna era lo suficientemente buena y perdón si a Connor le molesta lo que diré, pero... sentía que en vez de la chica con la que estaba debías ser tu Aiden. —Leo observaba fijamente al pelinegro, no obstante, percibía como Connor lo fulminaba con la mirada y vio como a la vez aferraba más sus brazos en la cintura de Aiden. Aunque era evidente su posesividad, agradecía que no lo hubiera interrumpido con algún reclamo o insulto. Luego de volver a suspirar, prosiguió—. Por más que trataba de dejar esos pensamientos de lado y continuar, pues... mi miembro no reaccionaba, terminando frustrado y golpeado, ya que más de una me dio una cachetada por "dejarla con las ganas" y yo qué ¡¿ah?! —dijo soltando una carcajada sin gracia, recordando que lo vivido esas semanas no estaba para chistes. Varias chicas con las que pretendía tener algo más que unos besos y toqueteos, al ver que Leo no lograba excitarse lo suficiente como para tener una erección, antes de marcharse furiosas lo insultaban de diversas formas que a fin de cuentas todo se resumía a que era un "impotente de mierda", lo cual él sabía que no era así, ya que con solo pensar en el sexy lobito terminaba más duro que una roca, pero eso solo lo sabía él y nadie se debía enterar.

Por otro lado, Aiden sin querer miró la entrepierna de Leo y este al escuchar un bajo gruñido por parte de Connor, se fijó en lo que el pelinegro acababa de hacer. El cual, al verse descubierto, sin disimulo y con sus mejillas ruborizadas, desvió rápidamente la mirada hacia el ventanal del salón. Lo que hizo que el vampiro no pudiera evitar dedicarle al mayor una sonrisa engreída por la reacción que acababa de provocar en su pareja.

—Supongo que está claro que yo no he hecho nada para que se sientan atraídos a mí —dijo el pelinegro cuando ya estaba menos avergonzado—. No sé si habrás puesto atención a lo dicho por uno de los chicos que me acosaron en los vestidores, pero él también dio a entender que yo había hecho algo, así que no eras el único en pensar de esa manera.

—A lo mejor es debido a tu naturaleza de íncubo y hay algo que no controlas que hace que te deseen hasta tal extremo de llegar al acoso. Igualmente, no sé gran cosa sobre los demonios, por lo que no sé si eso realmente puede ocurrir. ¿Tú qué piensas, Leo? —dijo esta vez Connor más centrado y preocupado por ese tema, odiaría que volvieran a atacar a su novio y que él no estuviera cerca para socorrerlo.

Dos lazos para un híbridoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora