Siempre contigo -Flozmin-

Capítulo 8

Llegaron las fiestas de navidad y año nuevo y la despedida se hacia inminente, entre los adultos habían decidido que seria bueno que Flor acompañe a Jaz durante las semanas de vacaciones, así que en la cena de año nuevo se lo comunicaron, las niñas estaban emocionadas, serian unas semanas increíbles mientras Jaz se acomodaba a su nueva vida.

Las vacaciones habían encontrado a las pequeñas juntas en otra provincia decorando la habitación de Jaz, aún quedaban 2 semanas que compartir antes de que Flor deba regresar a Buenos Aires y no sabían cuando podrían volver a verse de nuevo. Sin embargo todo marchaba bien, las niñas aceptaban que las cosas sucedieran así, sabían que a pesar de la distancia ellas seguirían juntas y en contacto.

Ernesto por su parte ya estaba instalado en su nuevo buffet de Abogados uno propio y debía empezar a buscar socios para levantar su negocio, tenia en vista varios candidatos, dado que el era bastante reconocido mucha gente quería trabajar en su firma.

En Buenos Aires sin embargo las cosas no eran tan buenas, Teresa sospechaba que Mario había vuelto a las andadas, y un día decidió seguirlo, fue a su oficina, pasaron un par de horas y lo vio salir, fue hasta una juguetería y luego se dirigió hasta un edificio de departamentos, al entrar vio que se dirigía al sexto piso, por lo que tomo el otro ascensor y al salir lo vio entrar a uno de los departamentos, espero un momento y golpeo la puerta.

Finalmente la puerta fue abierta por una sonriente Carla que saludo a Teresa y la hizo pasar, sin imaginar nada de lo que sucedería a continuación. Cuando Mario volteo y vio a Teresa sabia que su mentira se había acabado, los tres adultos decidieron enviar a la pequeña Carla y a otra niña un poco más pequeña a sus habitaciones.

Teresa exigió la verdad y Mario no tuvo mas opción que admitir que tanto Carla como la otra pequeña llamada Lucia de 10 años eran hijas de él, le dijo que las niñas no lo sabían, ellas pensaban que el era simplemente era el padre de Flor y amigo de su madre.

Teresa simplemente no pudo soportarlo, le dio una crisis nerviosa y fue ingresada a urgencias, Mario se lamentaba por esto pero en parte sabia que tarde o temprano debía pasar, el apreciaba a su esposa, pero ya no la amaba.

Mario se había enamorado de Elisa la madre de Carla y Lucia, ella había sido muy paciente y comprensiva de su situación pero el último tiempo le exigía que tomara una decisión, o blanqueaba su relación o la terminaban, las cosas no podían seguir mas tiempo así.

Las cosas realmente estaban muy complicadas en la familia Estrella, al salir de la clínica Teresa le exigió a Mario que hablara con sus hijas, primero lo haría con virginia quien era la mayor y la que estaba con ellos en ese momento. Virginia era una adolescente aplicada en la escuela, amorosa con sus padres y hermana, ella amaba a su familia y si bien entendió que esto era algo entre adultos le hizo saber a su padre que no estaba de acuerdo con lo que hizo, decidió que quería conocer a sus nuevas hermanas y se sorprendió cuando vio a Carla la mejor amiga de Flor, supo entonces que seria muy difícil para su hermana.

Por su parte tanto Carla como Lucia no sabían muy bien como tomarse todo esto, era nuevo para ellas, Carla quería mucho a Flor y le dolía tener que ocultárselo cada vez que su amiga la llamaba para contarle sobre como le iba en sus vacaciones con Jaz, pero sus padres así se lo habían pedido y ella aun en desacuerdo decidió cumplir con su pedido.

Flor aún con la alegría de compartir esos días con su mejor amiga, sentía a Carla bastante rara y noto lo mismo con Virginia y Teresa las veces que hablo con ellas. Las notaba como distraídas y algo tristes, las tres le dijeron a flor casi lo mismo, que no se preocupara que todo iba bien y que le contarían a su regreso, la Estrella no muy convencida acepto las excusas.

Durante esas semanas que compartieron las pequeñas Flor y Jaz hicieron muchas cosas juntas, de hecho su día comenzaba bien temprano, con excursiones por los alrededores de la casa de Jaz, por cafés donde les encantaba probar algún postre tradicional de la ciudad o simplemente compartir sus preferidos de siempre. Seguía con decorar y ordenar la habitación de la colorada, escuchar música, bailar y cantar, les encantaba y se divertían muchísimo haciéndolo.

Y el día terminaba después de cenar junto a Ernesto, la niñas subían a la habitación de Jaz con pochoclos si o si y se disponían a ver una peli, en algunas ocasiones no llegaban a ver ni la mitad, y se quedaban dormidas, totalmente agotadas después de su divertido día juntas.

Compartir esos días habían sido un gran regalo de sus padres, ellos sabían cuanto se querían sus hijas, las habían visto transitar todas las etapas de sus vidas juntas desde que eran unas bebes, y ellos respetaban ese cariño y amistad que las niñas supieron cultivar desde un primer momento. Por eso tratarían de apoyarlas y ayudar a que siguieran en contacto dentro de lo que las responsabilidades y los tiempos de cada uno, así lo permitiera.

A ambas familias les esperaba un nuevo gran reto, al regresar a la "realidad" después del periodo de vacaciones, y muchas cosas cambiarían.