Destinada A Él || EN EDICIÓN

Episodio 34

//CLARY//

Tenia el corazón en la garganta, sentía las pulsaciones de mi pecho en todo mi cuerpo, era agobiante.

Llegamos a la torre, y todo estaba de acuerdo al plan, los hermanos servían de distracción y nosotros nos escabullíamos por la parte superior.

Era como estar en otra dimensión, fue simplemente entrar para dejar de percibir todo el caos del exterior, era ese silencio, ese silencio que parece tan perturbador y te mantiene en alerta; era tanto el silencio que podía escuchar mi respiración entrecortada y mis frenéticos latidos.

—Luna, es por aquí—.

Sigo a Nya hacía unas escaleras que daban para un pasadizo angosto y tétrico.
Seguimos caminando acompañados de la asfixiante quietud y me siento angustiada, necesito saber que paso con los otros, no me quedaré tranquila si no escucho un «estamos bien» de ellos, pero por ahora no puedo hacer nada, es frustrante.

Cruzamos todo el largo del pasillo y un delicioso y conocido olor inunda mis fosas nasales.

—¡Es él!— chilla mi loba desesperada.

Hago caso a mis instintos y corro siguiendo el embriagante aroma, ignoró el sigilo, el plan, las voces de todos llamándome, ignoro todo, solo me importa él.

Veo la puerta donde siento que su esencia es más fuerte y corro tumbándola, encontrándome con dos pares de ojos, unos a lo que extrañaba ver, y otros que juré destruir.

—Pecado mío, que sorpresa verte aquí— escucho su desagradable voz.

Dylan suelta en ligero gruñido al sentir mi presciencia, más bien, Darex.

Sus hermosos ojos me miran y en ellos se reflejan sorpresa y alivio.

Yo solo lo miro atentamente y la furia que siento dentro de mi, se desata violentamente.

Esta tan lastimado, atado de brazos a dos cadenas de plata que le queman cada vez la piel, sus hombros están por ceder al estar tanto tiempo en esa dolorosa posición, sus piernas ya no pueden sujetar su cuerpo, su hermosa piel está mayoritariamente cubierta de sangre y hay heridas sin cicatrizar por todo su cuerpo.

Ignoró la mirada triunfadora de Asmodeo y me dirijo estrepitosamente hacia mi lobito.

En un rápido movimiento libero su cuerpo de las cadenas que lo sostenían, antes de que caiga al suelo, lo sujeto entre mis brazos.

—Dylan— las lágrimas amenazan con salir de mi rostro pero las retengo, no le daré el gusto a ese maldito demonio —ya estoy aquí cariño, ya todo esta bien, pronto iremos a casa— beso sus labios muy castamente, sintiendo el áspero contacto.

—Odio que me ignores princesa— Asmodeo habla notablemente molesto.

—Te mataré— susurro entre dientes dejando el cuerpo de Dylan en el suelo.

Una risa incrédula sale del demonio, escucho pasos dirigirse hacía aquí y veo a mis guardianes llegar.
Todos están agitados y notablemente preocupados.

—Nya, ¿puedes curarlo?— le pido antes de que pueda reclamarme.

Las cuatro personas se sorprenden ante el sombrío tono de mi voz y se dirigen rápidamente ha cumplir mi pedido.

—Veo que haz traído a mas ineptos— se burla con sorna —¿sabes que ninguno es mejor que yo verdad?—.

—¿Últimas palabras?— digo ignorando su estúpido discurso.

—La gata saco las garras, estas muy confiada, me gusta, esa resistencia se esfumará cuando te tengo debajo de mi cuerpo pidiendo por más—.

—Bien— me acerco a él rápidamente y presiono una daga de plata sobre su cuello.