Salí de mi habitación en punto de las 8 de la noche, todo estaba listo según Zec. El traje que Tamara había mandado hacer estaba perfecto, mi camisa blanca estaba perfecta, llevaba un saco de color azul marino al igual que mos pantalones y la corbata junto con unos zapatos negro y brillantes.
No llevaba ni un rastro de barba gracias a la insistencia de Zec, mi pelo estaba fijado hacia un lado.
Tamara seguramente estaba esperando abajo, Zec por su lado ya estaba en el lugar.
Cogí mi maletín, junto con mi cartera, mis llaves y mi celular.
Bajé las escaleras rápidamente, Tamara estaba de pie viendo su celular con una sonrisa en sus labios.
Llevaba un vestido largo que le llegaba al tobillo del rojo más vivo que hubiera visto, su pelo tenía unos rizos más marcados que de costumbre y lo llevaba al lado derecho, también llevaba unas zapatillas negras que la hacían verse más alta de lo que era. No era para menos, el tacón de esas zapatillas debían de ser 10 o tal vez 11, su maquillaje era oscuro pero llevaba sus labios rojos como su vestido.
¿Qué se sentiría...?
Aparte de mi cabeza cualquier fantasía con sus zapatillas y sus labios rojos y me concentré en lo principal.
Ella se percató de mi presencia y guardo su celular, me sonrió con delicadeza. Si mi presencia le afectó ni siquiera lo noté, ella parecía ansiosa pero tal vez era por irse.
—Señor, todo esta listo— anunció
Asentí.
—Estás perfecta Tamara— sonreí y abrí la puerta de la casa para ella.
—Lástima que no pueda decir lo mismo— pasó por lado de mí y salí detrás de ella frunciendo el ceño.
—Siempre estás perfecto— escuché que susurró
Sonreí y avancé a su lado, esta noche íbamos a dar una imagen perfecta para todos.
Cuando llegamos al salón, Zec tenía razón todo estaba muy bien organizado. Tamara cogió mi brazo y avanzamos hacia la entrada.
Miré a un par de inversionistas que ya estaban allí con sus acompañantes.
—Tamara, en delante de la gente no me llames señor— dije entre dientes mientras le sonreía a mis colegas
Ella asintió pero no dijo más, supongo que debía suponerle algún problema, después de todo llevaba muchos años hablándome de esa manera. Desde que comenzó a trabajar para mí para ser exactos.
Comenzamos a saludar a los que ya estaban allí y a los recién llegados.
—Taylor O'Brien, que gusto— le di un apretón de manos
Taylor era un inversionista que prefería mantenerse en la oscuridad, pero parecía que Zec había logrado llamar su atención. Era un hombre de unos cincuenta y tantos pero era todo un hombre de negocios.
—Muchacho, el gusto es mío— rio dejándome ver uno que otro diente de oro —Te presentó a una amiga.
Miré a la mujer que lo acompañaba, sabía que esa mujer era una de tantas. Tenían unos veinte y tanto y tenía muy bonitas curvas escondidas en un hermoso vestido dorado que llegaba arriba de sus rodillas.
—Paula.
Me sonrió y besé su mano.
—Es un gusto, Alex Walker.
—Lo conozco, he oído hablar de usted— dijo con voz angelical
—Espero y cosas buenas— fue mi turno de sonreír
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~Todo por ti~ #HW2
Romance||Segunda parte de la bilogía #HermanosWalker|| Un empresario exitoso, lleno de dinero y gente importante, y por supuesto mujeres de sobra a su lado. Tenía todo, menos lo más importante: AMOR. Trataba de evitar los sentimientos por miedo que le hici...