12. Te quiero aquí

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Coloqué labial en mis mejillas y mi nariz y esparcí el producto con mis manos.

—¿Por qué haces eso?— ladeó la cabeza confundido

—Ya lo verás Zec, ya lo verás— dije con una sonrisa bailando en mis labios.

Subimos las escaleras con cuidado, pero antes de llegar a la puerta de Tamara me apoyé en Zec y le di las bolsas con las compras que había hecho.

Hora de enfermar.

Zec tocó la puerta de Tamara y yo solté mi cuerpo.

Escuché la puerta abrirse y la voz de Tamara no tardó en escucharse.

—¿Zec? ¿Qué pasó?— chilló con esa voz a la que tanto estaba acostumbrado

—Bueno, creo que Alex enfermó— mintió tan bien que por un momento hasta yo me lo creí.

Puse mi mejor cara de enfermo pero sin verme tan mal.

—Me duele todo Zec— me quejé con voz extremadamente ronca.

Tamara corrió a mí y me ayudó a recostarme en su sillón.

—No sé exactamente como cuidar a un enfermo así que compré todo esto— explicó

Tamara debió echarle un vistazo a las bolsas por que dijo un instante después.

—Esto servirá.

—¿Por qué no lo dejaste en casa?— preguntó Tamara con interés

—Pues... no lo sé, si se llega a morir no quiero ser responsable.

—Ah y vienes y me lo dejas a mí— escuché que se alejaban.

Abrí un ojo y efectivamente se habían alejado a la que parecía una cocina.

Eché un vistazo alrededor, Tamara no era muy ordenada que digamos pero no me fijé en más porque escuché que las voces se acercaban.

—Lamento si arruinó tu cita, Tam— se disculpó Zec

—No importa, de igual modo ni siquiera quería ir.

Tamara se acercó a mí y me puso boca arriba.

—Voy a darte una pastilla Alex, pero necesito saber que sientes— dijo Tamara mientras apartaba unos mechones de mi cara.

Necesitaba un corte decente de cabello.

—Hambre— dije lo primero que se me ocurrió.

—No, hablo de tu malestar ¿qué sientes?— volvió a preguntar con voz suave

Se le escuchaba preocupada, y por un momento me sentí mal.

—Mi cabeza y mi cuerpo— me quejé

—¿Algo más?

—Mi garganta, y quiero vomitar— hice un puchero y escuché a Zec reír.

Idiota.

—Bien, buscaré algo.

Abrí los ojos y miré a Zec burlarse.

—Voy a matarte— amenacé y en respuesta me mostró su dedo medio

—Bien, aquí tienes— dijo Tamara acercándose al momento que yo volvía a mi posición y cerraba mis ojos.

Tomar pastillas para algo sin estar enfermo, ¿te hacía daño?.

Lo averiguaremos.

Protesté un poco pero tragué la pastilla con un poco de agua con ayuda de Tamara.

~Todo por ti~  #HW2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora