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P.O.V. Jimin

— ¡Pero miren a quién tenemos aquí! ¡El que se cree el rey y "divo" de la universidad!

No pude evitar rodar mis ojos al escuchar un coro de risas, para luego voltearme en dirección a la irritante voz a la que ya estaba acostumbrado escuchar todas mis mañanas.

Ya me encontraba lo bastante cansado.

— ¿Y ahora qué quieres? ¿No te cansas de decir tanta mierda? Porque mira que ya andas jodiendo mucho con lo mismo,¿no crees?— manteniendo una de mis manos en mi cadera y mi compostura, acomodo mi mochila en mi hombro con la otra.

— ¿No te cansas de recibir las obvias miradas de asco y desprecio por parte de chicos y chicas en esta universidad? — arqueo una ceja ante su absurda interrogante.— Ay Jimin...¿Acaso no te das cuenta que realmente no causas pensamientos agradables en los demás? Porque mira que aunque supuestamente eres "un hombre", con ese cabello rosa hasta pareces un mal y ridículo intento de chica. — se burla sin pena alguna, siendo imitada por su absurdo grupito de amigas, quienes reían ante el asqueroso intento de chiste soltado hacia a mí.

Y bastante innecesario, a decir verdad.

Por lo que no pude evitar soltar una risita por sus palabras. Porque muy mal para ella, que yo era bastante conocido por nunca quedarme callado.

- Sabes algo, Beka...- la chica me mira algo enojada ante el apodo soltado de forma sarcástica.- Me da mucha lástima ver que tú y tus amigas vean a su propio género como un símbolo de burla. Es triste en realidad.- digo acercándome a ella con pasos firmes.- Además, permíteme darte un pequeño consejo....- le dedico una sonrisa ladina cruzando mis brazos en el pecho, viendo cómo tenía una mirada de molestia, al igual que su compañía.- Quiérete un poco, linda. Es muy lamentable ver cómo insultas y tratas de hacer sentir menos al resto, sin darte cuenta que eres tú la que te estás poniendo en ridículo. Deja de meterte con el autoestima de los demás y encárgate de tener uno. Me lo agradecerás en algún momento. ¡Ah y una última cosa!: Mi color de cabello nunca definirá el género con el que yo me identifico. Los colores al igual que la ropa son solo eso: colores e independientemente del color de cabello que use, me siento orgulloso de ser un hombre muy atractivo y que sí se valora al ponerse y usar lo que le gusta. Ya lo que pienses tú, eso no es asunto mío.

Le mandé un beso volador, y me despido de ella y sus amiguitas con un movimiento de mano. En sus rostros podía ver cómo me mandaban al carajo, lo que me causó soltar varias risas divertidas mientras me alejaba de ellas y comenzaba a caminar en dirección a mi primera clase del día.

Ante el simple pensamiento, solo pude soltar un suspiro emocionado, dejando de lado el mal rato que hace unos segundos me habían hecho pasar personas que no valían realmente la pena.

Aunque para desgracia propia, en el camino recibí tanto miradas de coqueteo - acompañadas de atrevidos y a veces anticuados silbidos - como uno que otros ojos que transmitían envidia, rechazo y desagrado. Estos últimos los ignoraba por completo, a sabiendas de que esos terminaban siendo los que repetían lo mismo que decían los de su alrededor, los que se dejaban llevar por los esteriotipos o simplemente, tenían el mismo tipo de autoestima de Rebeka y sus amigas.

Algo que inconfundiblemente aún prevalecía socialmente.

En cuanto a los coqueteos, iban y venían. Ya me encontraba acostumbrado, aunque también irritado cuando sobrepasaban cierto nivel. A pesar de que desde hace muchos años he sido consciente de que soy bastante atractivo, algunos hombres, se dirigían a mi persona con intenciones que simplemente aparentaban ir más allá que movimientos de querer solo "conquistarme" o "invitarme a salir a una cita romántica."

Mαкє Iт Rιgнт - 𝙹𝚒𝚔𝚘𝚘𝚔𝚖𝚒𝚗 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora