Mαкє Iт Rιgнт - 𝙹𝚒𝚔𝚘𝚘𝚔𝚖𝚒𝚗

🖼 𝟙𝟛 🖼

P.O.V. Jimin

— ¿Podrías alejarte un poco?

Jeon solo sonríe ante mi petición.

— ¿Por qué no te alejas tú, muñeco? No te tengo acorralado.— dice sin dejar de mirarme y alzando sus manos.

Ruedo mis ojos y coloco una de mis pequeñas manos en su pecho empujándolo, logrando que se alejara lo suficiente de mi cuerpo.

Veo como suelta varias risas, colocando sus manos en sus bolcillos de su pantalón, para mirarme sonriente, mientras recostó su espalda contra una de las paredes.

— Entonces... ¿Qué me dices de ti? Ya sabes un poco más sobre mí y ahora, te doy la palabra.

— ¿Y qué te gustaría saber primero, exactamente?—  pregunto cruzado de brazos y recorriendo todo su estudio creativo, cada vez más anonadado con cada cosa nueva que identificaba.

— Pues... cuéntame cómo fue que descubriste que el arte es lo que más amabas.— dice haciendo que lo mirara unos eternos segundos antes de soltar una risa.

— El arte me ha gustado desde que era un niño, al igual que tú.— veo como esboza una pequeña sonrisa.— Cuando era muy pequeño, primero descubrí que amaba bailar. Lo hacía en las fiestas familiares y de vez en cuando, comenzaba a hacerlo en los supermercados y en sitios públicos, haciendo que mi madre me regañara.— suelto una risa, al igual que él. — Pero aún así, le seguía haciendo. Bailar me hacía sentir feliz y pleno. Sin importar si lo hacía bien o no, al momento en que escuchaba una música, mi cuerpo solo fluía con el sentimiento.

— ... Y déjame decirte, con todo el respeto, que bailas espectacularmente bien.— admite guiñándome, junto a una coqueta sonrisa.

— Gracias, pero ya lo sabía.— le respondo imitando su acción anterior, provocando que ambos riéramos por nuestra sutileza mal disimulada.

》Y debido a mi gran amor por el baile, le pedí a mis padres que me pusieran en clases, lo cual no resultó muy bien que digamos... — digo susurrando lo último.

— ¿A qué te refieres?— podía notar el tono de sospecha y preocupación en Jeon.

— Ellos no quisieron inscribirme. Dijeron que no iban a desperdiciar su dinero en algo que yo no hacía bien. También, utilizaron el pretexto de que el baile es de mujeres y... "maricones", y que yo no podía convertirme en algo como eso.— musito tragando saliva, sintiendo una pequeña punzada en mi pecho ante el recuerdo.

— Perdón que lo diga Jimin, pero eso se llama ser una jodida mente cerrada y prejuiciosa.— dice manteniendo su postura calmada, pero sin dejar de transmitir molestia en sus ojos.

— Tranquilo. Pienso igual que tú. Eso también es parte por la razón que no tengo contacto con ellos desde hace muchos años. Pero en su momento, yo solo tenía 11 años y decidí no ocasionarle problema a mis padres, aunque no compartiera su mismo pensamiento. — digo soltando un pequeño suspiro.— Ellos, al final, decidieron matricularme en una academia de artes marciles, según ellos para quitarme la idea de estar en clases de baile y para que creciera siendo un "verdadero" hombre.— no pude evitar soltar una sonrisa irónica.

》 Lamentablemente para ellos, el plan no les salió como querían. El baile me gustaba cada vez más y de alguna manera, el karate también. Lo veía como un gran ejercicio y como un mecanismo de autodefensa muy útil. Todos lo años que llegué a practicarlo, también me recalcaban y motivaban con principios y valores que me convertían en un mejor ser humano.— digo sin poder evitar sonreir, recordando ese tiempo.