♦9♦ Como peones en un ajedrez

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Eliza despertó confundida por el ruido de unos golpes que provenían de su puerta, rápidamente se levanto de la cama para encaminarse a abrirla

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Eliza despertó confundida por el ruido de unos golpes que provenían de su puerta, rápidamente se levanto de la cama para encaminarse a abrirla.  Al principio tenía miedo que el chico del  día anterior regresara pero su rostro se notó confundido cuando observo que no era así sino que un enfermero acompañado de dos personas más estaban justo frente a ella.

—Aquí estarán los tres —indico el enfermero Marqués con seriedad.

Después tomó al joven Ruben del brazo para aventarlo con brusquedad adentro de la pieza.

—Te amo, sabes que es por tu bien —agregó Marqués mientras veía a Lucia con la pequeña Sofi.

Eliza confundida los miraba tratado de buscar una explicación,

Lucia solo planto un beso en la boca del hombre posteriomente tomo a la pequeña en sus brazos para entrar a la habitación.

En cuestión de segundos la puerta se cerró dejando a los tres jóvenes a su merced.

Eliza seguía sin entender lo que acontecía, su mirada confundida estaba y su mente ideaba la mejor manera de formular preguntas para poder iniciar una conversación.

″Hola como están″ demasiado obvió pensaba.

Su mente formulaba todo tipo de ejemplos para iniciar una conversación, por desgracia no encontraba las palabras adecuadas para comunicarse con ninguno.

Eliza miraba a los otros chicos quienes estaban reaccionando de manera normal acostumbrados ya estaban a ese tipo de frialdad, la joven Lucia en la cama se posó junto con la pequeña a quien una muñeca le dio, el joven Ruben en la ventana se acurrucó observando las flores marchitas como todos los días.

Un suspiro salió de la boca de la joven.

—Hola mi nombre es Eliza, ¿Quiénes son ustedes y que hacen aquí? —pregunto Eliza.

Al parecer fue la única pregunta coherente que su mente formuló para poder iniciar la conversación.

—Hola, soy Sofi —la pequeña contestó.

Satisfecha Soria estaba pues ya se había presentado la ocasión de conocer a su nueva amiga.

—Mamá, es de mala educación no contestar — demandó la pequeña mientras jalaba de la ropa a su madre.

—Soy Lucia —fueron las cortas palabras que soltó.

Lucia no tenía ganas de interactuar, por años su querer solo había sido para uno y ese mismo le plantó que nadie más la merecía a su alrededor.

—Aja, ¿y tú? —cuestionó Eliza mirando al joven.

Ruben levanto la mirado al percatarse que se dirigía a él una risa soltó

—Ruben, el loco de arriba — agregó como burla.

Su sonrisa se incremento cuando los recuerdos de la pequeña charla de la noche anterior volvieron a su mente.

Siete Suspiros.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora