♦35♦ Revelando secretos (capitulo final p 2)

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una sonrisa se noto en la boca de la joven y poco a poco lágrimas de sus ojos comenzaron a brotar

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una sonrisa se noto en la boca de la joven y poco a poco lágrimas de sus ojos comenzaron a brotar. Miraba sus cicatrices, pensaba en todo lo que había vivido estos años, diversos recuerdos se proyectaron en su memoria desde conocer y aceptar a Karen hasta el amor y protección que le brindaba Jorge, la primera mirada que le dedico al joven del piso cuatro. Pensó en todos la pequeña Sofia quien la visitaba por las mañanas, Eliza quien fue la responsable de poder juntarla con su ser querido.

Las lágrimas brotaban anunciando su libertad, solo tenía 13 años cuando llegó al castillo, no merecía haber cargado tanto peso encima. Susan asomo su mirada y en sus ojos se reflejaba su alma ya desgastada. ″Me iré de aquí″ pensó para si arrullando a Karen en señal de victoria.

Los enfermeros extrañados comenzaron el proceso indicado, ante la desaparición de Marqués su deber era obedecer a Beatris.

Beatris bajo las escaleras en paz al fin ya todo había acabado solo necesitaba que Karen encontrara la última pieza.

♦♦♦

Ambos jóvenes regresaron a la habitación: una vez adentro Ruben coloco el seguro de la puerta.

-¿Cómo lo hiciste? -cuestionó Eliza

-Lucia me dejo las llaves, ella no podía permitir que quedáramos indefensos.

Al terminar la aclaración Ruben tomó la nota que le habían entregado y sentándose junto a Eliza en la cama ambos leyeron.

El castillo Mart es un lugar que se encarga de ayudar y brindar apoyo a los enfermeros mentales. Lo que sus pacientes no saben es que ellos no llegaron a este lugar aleatoriamente. Cada uno de nosotros tiene un por que cada historia se conecta, cada verdad sale a luz y cada secreto es revelado.
Mañana iré en busca de una persona especial, un viejo amigo el causante de todo este alboroto: solo les pido que dejen ya de buscar culpables y comiencen a mirar hacia adelante con cariño Susan.

Pd: a los niños no recuerden siempre 7

Ambos jóvenes se miraron confundidos buscando que alguno dijera la primera palabra.

-¿Están leyendo la carga de Susan? -irrumpió en la habitación Beatris.

Ruben tomó el papel y rápidamente lo doblo

-Tranquilos no vengo a decirles nada malo -explico la joven posicionándose en frente de ellos.

Eliza la miraba nerviosa sin poder aguantarse sus labios se movieron dando pie a iniciar la platica.

-¡Usted fue quien mato al joven! ¡Uriel la vio y por eso se deshizo de él! -rápidamente acuso Eliza

Beatris soltó un ligero suspiro poco después se sentó en la cama. Y aclarandose la garganta empezó

Si, yo mate a dereck

-¡Lo sabia! -vocifero Eliza convencida

-Pero no fueron así las cosas, yo no quería que sucedieran de esa manera.

-¿De que otra forma se puede asesinar a una persona? -pregunto Ruben al cual le había tomado un tiempo procesar las cosas.

-¡No! Yo no quería matar a nadie, yo solo quería escapar con mi hijo de este lugar. Me tomo mucho tiempo encontrarlo -aclaro Beatris.

-¿Su hijo? -a coro se preguntaron Eliza y Ruben

-Me van a dejar explicar o me tengo que ir ya -indignada comento la enfermera.

Ambos jóvenes asintieron y decidieron dejar las preguntas para el ultimo.

-Ese día un nuevo inquilino llegaría al castillo Mart, Maria estaba presionada ya que su esposo había huido del pueblo y los fondos no alcanzaban para poder mantener a una persona mas. Aunque el enfermero Marqués insistía con que necesitaba ayuda urgente

-Ese hombre, Solo quería el dinero de mis padres -Enojada interrumpió Eliza.

-Yo no sabia sus planes que tenia con Lucia -aclaro Beatris antes de seguir con la historia. -En un intento por hacerle caso a Marques, Maria me pidió que me deshiciera de uno de los inquilinos, lo que ella no contaba es que yo intentaría huir con mi hijo.

-¿Usted fue quien trabo mi puerta? -después de pensar un poco cuestionó Ruben acordándose de ese día.

-No podía permitir que nadie me viera, y no creí que te darías cuenta -explicó nuevamente la joven.

-¿Entonces el dulce que le dio a Sofi? -preguntó Eliza extrañada.

-Solo le di una pequeña porción de sedante el suficiente para poder salir sin que ella me viera, lo que nunca conté es que Dereck se interpondría en mi camino y terminaran las cosas de esa manera. -un suspiro volvió a salir de la boca de Beatris recordando el inicio de todo.

Ruben y Eliza decidieron dejar las cosas en paz tal y como lo había pedido Karen.

Al día siguiente los jóvenes enfermeros corrían como locos por todo el vestíbulo al parecer esa mañana dos inquilinos ya no se encontraban.

-¡Código Rojo! ¡Se han escapado dos inquilinos! ¡Repito código rojo! -gritaba un enfermero Joven

-El paciente 45 solo ha dejado un cuaderno en su cama -le respondía su ayudante.

La enfermera Beatríz observaba desde su despacho sentada disfrutando de un café por la mañana. Un suspiro de felicidad salio de su boca.

El teléfono en su escritorio comenzó a sonar, rápidamente Beatris soltó una pequeña sonrisa.

-Si Habla la señorita Beatríz jefa del gran castillo Mart ¿En que puedo servirle?

-¡Lo encontraron! ¡Estas segura es él! Sólo traelo y podrás irte con tu hermano.

La llamada se colgó, Beatris esbozo una sonrisa aun mas grande que la anterior.

-Por fin mi hijo Uriel estará en paz conmigo -comentó la joven victoriosa

Fin.

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Siete Suspiros.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora