♦34♦ Revelando secretos (capitulo final P1)

15 4 0
                                    

Una silueta delgada camino en dirección a Beatris, esta la miro con alegría y una pequeña sonrisa se poso en su rostro

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Una silueta delgada camino en dirección a Beatris, esta la miro con alegría y una pequeña sonrisa se poso en su rostro.

—Por lo menos alguien se salvo de ese bastardo —comentó Karen quien sostenía con satisfacción un pedazo pequeño de cuerda.

Un suspiro brotó de los labios de Beatris.
—Ahora dame eso no quiero que conserves nada que pueda inculparnos —aclaro la enfermera.

—¿Culparnos? ¿Quien? Según yo si cumpliste el trato el enfermero Marqués esta muerto ¿O no es así? —confundida cuestiono Karen.

—eso no significa nada, aun tenemos al alcalde de Katan presionando, con la desaparición de Marqués y tu padre es muy difícil que nos deje en paz —replico Beatris.

—Eso no es mi asunto, yo cumpliré con devolverte a tu hijo, lo demás no me importa —explicó la joven cuidadosamente. —Mañana mismo en voy —agregó en seco.

—No, no harás las cosas tan rápido yo te guiaré y te explicaré como las haremos.

La enfermera Beatris salio de la habitación. Karen por su parte arreglo el vestido negro que un día antes la había proporcionado Beatris.

″Por fin seré libre″ pensaba Sudan la cual estaba en su interior controlando el sentir y pensar de ambas.

A la mañana siguiente Eliza despertó agitada. La habitación estaba vacía al parecer Ruben había salido temprano y sin avisar.

La joven seco el sudor de su frente y se levantó de la cama, en toda la noche había estado pensando seriamente el por que de todas las cosas.

—¡Ella es la responsable! ¡Después de tanto ella fue la que empezó todo esto! —replicaba Eliza dentro de la habitación.
Rápidamente Eliza se puso de pie para correr al encuentro de Ruben.

—¡Ruben! ¡Ruben donde estas! —exclamaba la joven por todo el castillo.

Los gritos de Eliza fueron calmados cuando se percato de que al final de la escalera el joven Ruben se encontraba abrazando a alguien.

—¡Oh! ¡Por dios Karen esta viva! —sorprendida clamo Eliza.

Ruben observo a Eliza sin mencionar palabra y siguió abrazando a la joven la cual estaba con lágrimas en los ojos.

—Volverás con nosotros, ahora tenemos mas espacio. Sofía se fue pero ella estará bien —Eliza siguió su relato con la misma intensidad como empezó.

Posteriormente un silencio repentino llego a los labios de la joven, la cual se quedo pensando el principal motivo por el cual estaba buscando a Ruben.

—Ruben tengo que decirte algo ya encontré al asesino ya se quien empezó todo esto lo logramos reso...

—¡Ella no se quedara con ustedes! ¡No tenían por que verla! —las palabras de Eliza fueron interrumpidas por Beatris quien bajaba las escaleras.

Ruben se puso de pie dispuesto a apelar ante la decisión de Beatris pero Susan lo detuvo tomandolo del uniforme.

—Tengo que ir al piso ocho, solo quería despedirme —comentó Susan con la voz mas aguda que pudo.

—¡no lo entiendo! ¿por qué? —confundido Ruben preguntó.

—Karen trato de suicidarse tomando medicamentos de mas: tenemos que tenerla en observación. No podemos permitir que vuelva a intentar atentar contra su vida —explico la enfermera. —Susan aceptó el castigo y ustedes no pueden impedirlo ¡Ya han echo suficiente! —agrego alarmada Beatris.

Ambos jóvenes se miraron por un momento, Eliza meneo su cabeza en señal de desapruebo.

—Cuando este lista voy a volver con ustedes —explico Susan levantando el animo en Eliza.

—Confiare en ti, ahora que eres la dueña del castillo espero que sigas siendo tan buena como aparentas —entre sollozos Ruben soltó un suspiro y dejo ir a Susan.

Ambas subieron las escaleras dejando a Eliza y Ruben nuevamente solos.

—¡Tan fácil dejaras que se la lleven! ¡Debes de hacer algo! —indignada alegó Eliza.

Ruben sonrío y alzó la palma de su mano dejando ver entre sus dedos una pequeña nota: acto seguido dirigió un dedo a su boca para pedir que la joven guardara silenció.

♦♦♦

Susan conversaba con Beatris mientras subían las escaleras.

—Gracias por dejarme despedirme, pero ¿Por que no puedes decir lo que paso realmente? —cuestionó la joven.

Beatris la miro en silencio mientras brotaban unas cuantas lágrimas de sus ojos.

—Existen muchos secretos que no pude revelar al instante. Ahora quedate aquí hasta que él venga a verte.

Al escuchar las últimas palabras los ojos de Susan se abrieron de manera sorpresiva.

—¿Él? ¿Me dejaras ir con él? —cuestionó la joven sin poder creerlo.

—Ha estado preguntando por ti, quiere saber su pasado y tiene muchas dudas por su futuro deberías guiarlo. Ya han recibido mucho daño ambos —explicó amablemente la enfermera.

Al llegar al piso ocho cuatro enfermeros las esperaban los hombres de bata blanca acomodaron a Karen en el aparato que emitía electricidad.

—Señora Beatris ¿Esta usted segura que quiera usar este método? —cuestionó uno de los sujetos.

—Si, ella intento suicidarse deben ser duros con ella —explico Beatris.

—Y entonces ¿Por qué le permitió que venga a visitarla en la tarde el joven del piso cuatro?

—Ante el proceso ella podrá perder su otro ser, necesitamos que alguien le ayuda a recordar quien es —explico nuevamente Beatríz. —Además Mañana en la mañana los dos se marcharan. ¡cada uno a su habitación! —agregó entre risas esta vez en dirección a Karen quien movió la cabeza afirmando.

 ¡cada uno a su habitación! —agregó entre risas esta vez en dirección a Karen quien movió la cabeza afirmando

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Siete Suspiros.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora