♦6♦ Piso seis

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Estamos tan acostumbrados a llevar un disfraz entre los demás, que al final no podemos reconocernos a nosotros mismos

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Estamos tan acostumbrados a llevar un disfraz entre los demás, que al final no podemos reconocernos a nosotros mismos.

Llegando al piso seis se siente un aire de ansiedad en este punto todo comienza a ser confuso.

Hace tiempo atrás una chica llego, nadie sabia su nombre: poco tiempo después la llamaron Susan.
Ella es adorable le gusta cantar, bailar y jugar con peluches de felpa.

Al principio todos los enfermeros se preguntaban por que hasta este piso se encontraba. Una noche sus dudas se aclararon cuando ella les mostró su interior.

Karen es otra joven que habita en ese cuerpo. A ella no es buena idea que te acerques, siempre rompe las reglas y nunca suele hablar, su postura es encorvada y su mirada vacía está, siempre lista para defenderse sin ninguna piedad.

Esto se aclara fácilmente al mirar su pulsera roja.
Trastorno de personalidad disociativa P-46.

Susan como todos los días esta jugando con su peluche favorito sentada en la cama rosa que adorna su cuarto.

—Eres muy bonito, eres un amor —canta la joven a todo pulmón.

Un ruido de pasos interrumpieron su melodía. Al escuchar el ruido rápidamente Susan dejo su peluche en la cama y se sentó en la pequeña mesa color negro que adorna la entrada de la habitación.

Susan sabia que los pasos provenían de la única persona que tiene permitido verla, Maria su cuidadora.

La cual es la jefa del lugar, una bella enfermera de complexión ancha, pelo corto.

La puerta se abrió dejando pasar a la bella mujer que cargaba una bandeja grande con un pedazo de pastel y sopa de verdura.

—Susan traje tu comida —Amablemente la mujer comentó.

Tras percatarse de que la joven ya estaba sentada coloco el  plato de comida en la mesa.

—Muchas gracias —respondió cordialmente la joven.

Con un gesto de armonía susan comenzó a comer la rebanada de pastel.  La enfermera solo miraba la escena  feliz.

Susan termino su comida y muy contenta subió a su cama para seguir con su juego, pensando que la enfermera se marcharía como todos los días.

Siete Suspiros.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora