Harry Potter One-Shot

ꜱɪʀɪᴜꜱ ʙʟᴀᴄᴋ

Hay recuerdos de ese día que están borrosos o perdidos.

Recuerdo estar desayunando y que mi madre diga con sequedad de ir a la casa de los Black por una importante noticia. Aún no olvido la oscura madera de esa larga mesa, las sillas con tapiz verde oscuro y los altos techos con detallados acabados, los murmullos que daban la horrible sensación de que las paredes hablaran, la marca tenebrosa en el brazo de mi padre que hacía que se me erice la piel con tan solo recordarla...

La siguiente escena que se viene a mi mente es ir a la casa Black por la red flu, de ese momento mi mente salta a otro, en el cual, estamos en silencio terminando de almorzar Walburga, Sirius, Regulus, mi madre y yo.

-Regulus, si quieres puedes levantarte de la mesa- dijo, sin rastro de emoción, la madre de éste

-con permiso- dijo el menor levantándose educadamente y saliendo del lugar

Todo vuelve a ser borroso pero no olvido a mi madre diciendo unas palabras que me dejaron helada

-decidimos darle esta noticia con ambos presentes para que no haya mal entendidos- nos miramos confundidos con Sirius, nuestras miradas intentaban averiguar algo que el otro no sabía
-no termino de entender lo que ustedes dos tienen- siguió mi madre, sin molestarse por nuestros confusos y asustados rostros -pero sea lo que sea es mejor que termine- a su lado estaba Walburga asintiendo con lentitud.

-no entiendo- dijo el chico de ojos grises, en los cuales, aún, después de todo este tiempo, pienso antes de dormir

-Eliza se va a casar- fue como un baldazo de agua helada, pasaron años y cuando recuerdo ese momento se me sigue haciendo un nudo en la garganta

-¿están bromeando? No, esto tiene que ser un sueño, ustedes no bromean- dijo con una risa amarga Sirius, yo seguía sin emitir sonido, creo que ambos estábamos demaciado impactados como para reaccionar.

Ignorando nuestra respuesta siguieron con su comunicado

-esto es lo mejor, Elizabeth tiene que casarse con alguien de su estatus- dijo la matriarca Black después de mucho tiempo sin hablar

-¿¡alguien de su estatus¡? ¿¡como es eso!?- dijo el chico de cabello negro como el carbón, en el pasado amaba hacerle trenzas, me gustaría peinarlo una última vez

-Se casará con Rosier, ya tenemos casi todo arreglado, simplemente les avisamos- dijo la señora la cual, en teoria, fue mi madre.

En ese momento Sirius se levantó violentamente, yo no reaccionaba

-yo también soy sangre pura, además ¿cómo que nos avisas? ¿Quien te crees que eres? Esta debería ser desicion de Beth, no de ustedes ¿y por qué mi madre está detrás de esto?- Recuerdo los movimientos agresivos y nerviosos de Sirius.

-es entendible que no quieran casar a su hija con un gryffindor, amigo de traidores y sangre sucias- dijo la madre de él. No queríamos casarnos, éramos jóvenes, extraño tener dieciséis.

-solo tengo dieciséis- dije en un tono casi inaudible, comencé a llorar, y unos instantes después, rogar e insultar, Sirius no se quedó atrás. Toda esa secuencia la paro un cachetazo de mi progenitora.

-vas a hacer lo que te digo porque si no te mato- vi por el rabillo de mi ojo a Regulus espiando, se notaba la preocupación en su rostro, nadie más había notado su presencia. Quería mucho al menor de los Black, su muerte todavía me parece un misterio.

-MATAME, MATAME, PERFIERO MORIR ANTES QUE CASARME CON ESE- en ese momento la palabra cruccio salió de los finos labios de mi madre y un dolor insoportable se apoderó de mi. Ahí todo se vuelve más confuso, solo recuerdo gritos y dolor. No se como, ni en que momento, pero Sirius se acercó a mi, me dio un espejo y me dijo "vamos a escapar" probablemente en ese momento hice un intento de asentimiento, me gustaría recordar mejor ese día y poder saber como hizo ese chico para que no escucharan ni vieran eso.

Lo siguiente que viene a mi mente es ser arrastrada como un cadáver, y alguna que otra tortura más de la cual no quiero hablar. Recuerdo estar nuevamente en mi cama, adolorida y llena de heridas, busque entre mi piel y la ropa el espejo que me había dado el primogénito Black, sabía lo que era, habíamos quedado en que el iba a venir a la madrugada para irnos, ya tenía planeado escaparse pero mi presunto casamiento apuró su plan, "prometo hacer hasta lo imposible para que no sufras, cualquier cosa, pero nunca te quiero ver infeliz" pasaron años, tragedias y muertes pero esas palabras se quedaron en mi memoria hasta el dia de mi muerte.

Tenia algunos galeones guardados y le pedí a mi elfina que por favor ponga mis cosas en valijas sin decirle a nadie, yo no estaba en condiciones ni para caminar.

El recuerdo de Sirius cargandome con delicadeza le sigue a esos sucesos, no se bien que paso ni como logro que todas nuestras cosas, incluyendonos, llegáramos a la casa de los Potter, y más teniendo en cuenta nuestro estado lamentable. Aparentemente los Potter estaban esperándonos, recuerdo a Euphemia diciendo "esta noche van a dormir los tres en el mismo cuarto, no quiero que Elizabeth se despierte y no sepa en donde esta" creo que yo estaba media despierta, porque recuerdo eso pero no mucho más. Hay cosas de ese día que, para mi, siguen siendo un misterio.

Me desperté con la respiración agitada, el dolor en mi cuerpo había disminuido, me habían curado las heridas.

-¿estás bien? Los padres de James agregaron una cama más para que no duermas sola esta noche- dijo Sirus, no sabía que hora era, estaba completamente desorientada, solo veía a James durmiendo en la cama al lado y en otra cama a Sirus sentado en canastita

-gracias- fue lo único que puede decir, me sentía agradecida, aliviada y asustada, pero una extraña sensación de libertad invadía mi cuerpo

-¿donde esta el baño? Me quiero cambiar-

no recuerdo con exactitud el resto de la charla pero Sirius me llevo al baño y espero afuera a que yo me ponga ropa más comoda, por como se notaba el ambiente parecía que estaba amaneciendo. Con el ojigris volvimos al cuarto, sabía que el no había dormido casi nada, le daba insomnio cuando estaba preocupado, aveces me pregunto si aún le pasa lo mismo. Me acosté en la cama y le pedí que venga conmigo, nos quedamos mirando el techo, abrazados y hablando un poco.

-tengo miedo-

-estoy contigo, no voy a permitir que algo malo te pase-

Ninguno de los dos sabía lo que iba a venir, ni que ese recuerdo se iba a guardar en lo más profundo de mi ser y convertirse en algo eterno.