–¿Estás nervioso?– preguntó Molly a George, estaban en la madriguera.
–No– contestó el chico tranquilo.
Su hermano gemelo lo miró con la ceja levantada.
–¿Te das cuenta que llevas saliendo con Effie desde sexto año y en ningún momento te dignaste a conocer a su familia?– le reclamó Fred.
–No es mi culpa, no me puedo auto-invitar a su casa– protestó.
–Se sabe que tiene un padre muy estricto, así que ten cuidado George y compórtate– advirtió la señora Weasley.
–Pero salgo con su hija hace un montón, hace unos meses nos graduamos...– Molly hizo una mueca –hace unos meses Effie se graduó– el chico se corrigió.
–Ya somos grandes. Él fue el que nunca me invitó, ella vino millones de veces a la madriguera– continuó George.
En ese momento Arthur entró a la habitación.
–¿George todavía estás aquí? No querrás ser impuntual y causar una mala impresión a Edward, es muy severo– cuestionó el hombre
–Effie va a pasar por aquí para que llegue con ella a su casa, también quiere saludarlos a ustedes– el pelirrojo comenzó a estresarse, sentía que se ahogaba, jugaba con el cuello de su camisa; lo que decían sus padres era agobiante.
–Es una chica muy educada, se nota que sus padres la criaron bien. George cuidala– lo último Molly lo dijo casi en un reproche, como si hubiera hecho algo malo.
–Tal vez el suegrito te eduque a los hijos– se burló Fred.
George pasó de estar tranquilo a querer escapar, pero iba a quedarse por Eff, la mujer que amaba.
El pelirrojo se hundía en consejos de su madre, advertencias de su padre y comentarios de su gemelo.
Sonó la puerta y el chico fue desesperadamente a abrirla.
Se encontró con, a su parecer, la persona más hermosa y perfecta del mundo: su novia. La ansiedad que causaron los comentarios de su familia disminuyó, "sus padres deben ser fantásticos, solo maravillosas personas podrían criar a semejante perfección" pensó.
El mundo se detuvo cuando la joven sonrió.
–Hola amor– dijo luego de lo que, a Weasley, le pareció una eternidad utópica, en realidad solo fueron un par de segundos. Bajo la mirada de George Effie era un Ángel, supuso que así se sentiría ver a uno, el mundo se detiene y el aire que se respira es más puro, por un instante sientes que no hay maldad en el mundo, un sentimiento que es escaso en estos tiempos.
Los suaves labios de la rubia besaron la mejilla del pelirrojo.
–Estas hermosa–
–Y tu muy elegante, tienes el traje que te regalé– la chica le acomodó el cuello de la camisa
Los chicos se iban a besar pero fueron interrumpidos
–Hola Eff– llegó el gemelo de su novio, la mencionada se puso un poco roja y le devolvió el saludo
–Los he descubierto haciendo cosas peores, ya no veo la vida con los mismos ojos– lo último lo comentó con la mirada pedida, como si estuviera traumatizado
La chica saludó a los Weasley y conversaron un poco. Ella le regaló un libro de artefactos muggles a Arthur que encontró en una librería, para compensar le regaló un libro de cocina a Molly y dulces a todos.
George y Effie se aparecieron a las afueras de una muy hermosa casa.
–Eres muy amable con mi familia, creo que todos te quieren más a ti que a mí.– dijo algo avergonzado el pelirrojo, todavía no había abierto su tienda por lo que no podía hacerle tantos regalos a su novia como le gustaría.
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Harry Potter One-Shot
Fanficʜɪꜱᴛᴏʀɪᴀꜱ ᴄᴏʀᴛᴀꜱ ꜱᴏʙʀᴇ ᴀʟɢᴜɴᴏꜱ ᴘᴇʀꜱᴏɴᴀᴊᴇꜱ ᴅᴇ ʜᴀʀʀʏ ᴘᴏᴛᴛᴇʀ ɴᴏ ᴛᴏᴅᴏꜱ ʟᴏꜱ ᴏɴᴇ ꜱʜᴏᴛꜱ ꜱᴏɴ ʜᴇᴛᴇʀᴏ