—Buenos días.
Koji sufrió un sobresalto, dejó caer la pala en la que apoyaba la barbilla y ésta le cayó encima del pie, arráncandole un grito de dolor.
Había estado ausente desde que hubiera despertado aquella mañana. Su mirada cargaba con suma melancolía. No cumplía con sus labores decentemente. Apenas sostenía la mirada en dirección al cegador cielo, consumido por sus pensares.
—Ah, lo lamento, ¿Estás bien? —Hikari se acercó al joven, el que sentado sobre la tierra se sobaba el pie que gradualmente comenzaba a hincharse.
—Sí —asintió con torpeza, pugnado por la pena de verse tan patético —No ha sido nada.
Ella permaneció en silencio, observando la tristeza que se escondía entre el dolor. Lo había escuchado suspirar varias veces a lo largo de la mañana.
—¿Estás pensando en Chiasa?
—¿Eh? —se le abrieron tanto los ojos que pareció que le iban a escapar de sus cuencas —Ah... ¿Ikki te dijo algo? —su ceño se arrugó.
—No. Él no me dijo nada —negó con tranquilidad, agachándose a su lado —Lo intuí por tu actitud de hoy. Además, sentí que cuando llegamos le ibas a decir algo importante. No me malinterpretes —meció un poco la cabeza —No pretendo meterme en tu vida. Apenas soy una extraña.
—No. De hecho, ¡me viene bien! —sus ojos brillaron como dos joyas oscuras incrustadas en su cara —Necesito de un consejo femenino. Bueno, es más bien una segunda opinión —removió la tierra bajo sus manos, nervioso —¿Crees que tenga alguna oportunidad? Quiero decir... Soy un enano, y no es que sea guapo, la verdad. Soy débil y no considero que sea bueno en algo en concreto. De hecho, creo que soy un desastre.
Tenía los ánimos por los suelos. Su corazón estaba sofocado por ese mismo sentir. Cada vez veía más reducidas sus posibilidades.
—Uhm —Hikari se llevó la mano a la barbilla, pensativa —Te seré franca. Yo acabo de conoceros, por lo que no comprendo con exactitud lo tan profunda que es la relación de ustedes, pero —le sonrió —No creo que el amor dependa del físico. ¿Acaso Chiasa te parece el tipo de persona que te juzgaría por tu aspecto?
—No —negó él de inmediato, en su afán de protegerla —Ella es la chica con el corazón más noble que he conocido en mi vida —se llevó la mano a la altura del corazón. Pensar en el rostro de Chiasa originó en él una sonrisa —Es que es tan dulce, tan vivaz. Además, tiene mucho carácter.
Conforme iba hablando de ella sus mejillas se encendían con más intensidad. Removía la tierra ansioso. Lanzaba sonrisas de tonto enamorado.
Hikari permaneció en silencio, frente a aquel joven enamorado, el primero que hubiera visto en su vida. De niña no se había fijado en ninguna pareja en concreto y después de pérdida la inocencia la esencia del amor se había ido para siempre, al menos hasta aquel entonces. Le agradaba la esencia que desprendía Koji.
—Koji, deberías decírselo —le animó, haciendo las manos en puño. Se sentía más energética de que de costumbre. Se estaba alimentando de aquel poderoso sentir que residía en el pecho ajeno —Si permaneces callado nunca saldrás de dudas.
—¡Tienes razón!
Koji se alzó de repente, dejándose llevar por la fuerza del momento. Se veía más motivado que en cualquier otra escena de su vida. Se golpeó las mejillas con las palmas de sus manos y avanzó raudo por la inclinación que daba a su humilde hogar desterrado.
El agradable aroma de la comida se intensificó conforme recortaba la distancia y le explotó en la cara al pararse en el marco de la puerta, cubierto por una simple tela desgastada. Alzó la cortina y contempló extasiado la figura femenina que mecía la cuchara de madera, mientras canturreaba una melodía.
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Akatsuki no Yona ~ El color de un recuerdo
FanfictionAhora, Yona se halla donde se inició su aventura, en su antiguo hogar. Ahora gobernado por el que un día creyó ser el amor de su vida. Entonces, una guerra se presenta, amenazando la estabilidad del reino que tanto desea proteger. Se alzan las arm...