Angustia.

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En el capítulo anterior.

-Dijiste que tu madre esperaría por mí en el jardín de infantes –dijo sin voltear y sin dejar de caminar –No necesito tu número. 

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-¿! RECHAZASTE EL NUMERO DE LEVI ACKERMAN!?- dijo Nanaba en un tono nada discreto tapándose la boca de inmediato- Lo siento- se disculpó ruborizada por todas las miradas que recibieron encima- ¿Acaso estás loca? eso jamás pasa, nadie le rechaza.

-¿Acaso es dios?- Nanaba hizo un gesto pesándoselo- No seas ridícula Nana –le regaño molesta- No necesitaba su número, él es el hermano de la niña, nada tengo que hablar con él, es más, aun no sé si podre aceptar cuidar de dos niños a la vez.

-Si son amiguitos tal vez no sea un problema, podrías cuidarlos a ambos en tu casa, además a nadie le sobre el dinero como para desechar una oportunidad así ¿No crees?

Hange pensó en esto todo el día mientras en la hora del almuerzo podía sentir como los ojos grises del chico de cabellos negros quemaban en su espalda, probablemente se había ofendido porque una chica tan poco agraciada como ella rechazara su valioso número de teléfono. La hora de la salida había llegado y estaba algo retrasada para ir por Armin.

-De que sirve tener piernas tan largas si deciden fatigarse luego de pasar un día en cama, maldito cuerpo inútil- se regañaba mientras movía sus piernas inquietas esperando la luz verde en la esquina, faltaban cinco minutos para que los niños salieran y ella estaba a quince minutos corriendo –Verde, verde, verde maldita sea- apoyo su frente en el letrero que dictaba el nombre de la calle –No voy a llegar a tiempo- siguió reclamando entre lloriqueos.

-Súbete- escucho a su costado izquierdo, lo que la hizo mirar sorprendida por la repentina interrupción de sus quejidos no tan internos –No me mires así, la luz esta por cambiar, súbete o no vas a llegar- el de cabellos negros se encontraba ahí con un casco color verde oscuro montado en una moto scooter de color negro mate. No pudo pensarlo mucho porque en verdad estaba con prisa, se montó desequilibrándose un poco cuando el más bajo acelero en el cambio de luz del semáforo, sintió un tirón en el dobladillo de su falda siendo tirada por Levi para que no se fuera a caer- Afírmate de mí –tampoco pudo protestar ya que su corazón se saltó un latido cuando se creyó de espalda en el pavimento.

-...- Apoyo sus manos en los hombros del chico sintiéndolos firmes bajo su tacto, estaba a media cuadra del lugar y cuando el de cabellos negros se detuvo, ella se bajó rápido corriendo hacia la entrada, para luego devolverse y estirar su mano- Muchas gracias- y volvió a correr a la puerta del jardín.

-¿Sera un alíen?- comento para sí mismo viendo como la castaña corría con los cabellos alborotados por el viento recibido al ir sin casco y a velocidad en una moto –Probablemente lo sea...

-Hola cariño- sintió la cálida mano de su madre en su espalda- ¿Quién es la chica?- se quedó observándola junto a su hijo.

-Un extraterrestre- dijo serio poniendo a su madre en una disyuntiva se saber si lo decía enserio o solo estaba bromeando- Pero de momento es la chica que cuida de Armin y espero que de Mikasa también.

-Yo también espero eso, ¿Crees que acepte? –Levi se encogió de hombros- ¿Acaso no la conoces?

-En lo absoluto, solo sé que existe y... si, básicamente ese es todo el conocimiento que tengo sobre ella- su progenitora suspiro dándose una palmada mental, solo a ella se le ocurría preguntarle sobre relaciones sociales a su hijo.

Hange se colocó en una fila a las afuera del Jardín en donde esperaban todas las mamas, hermanas, abuelas o apoderados en general para retirar a los niños mientras las maestras explicaban todo lo acontecido con los niños durante el día; la castaña pudo ver a Armin formado de los terceros sin haberla visto aun y conversaba muy amistoso con una niña de largos cabellos negros y un niño de cabello castaño con grandes ojos verdes, se peinó su alborotado cabello un poco con sus dedos y llego frente a la maestra del pequeño.

Cliché.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora