Desde Cero.

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En el capítulo anterior.

-No puedo humillarte diciéndote que vuelvas a mí así como si nada, no puedo ser egoísta haciendo que pretendas que no te lastime.

-Entonces empecemos por ser amigos de nuevo porque no aguanto no tenerte en mi vida.




Hange se quedó pensándolo un momento, tal vez ser amigos nuevamente no era una mala idea, no podía negar que la idea la seducía pero no quería abusar de los sentimiento y la paciencia de Levi pero de todos modos lo tenía allí vestido con un cosplay dejando su orgullo de lado y pidiéndole ser amigos.

-Bien, supongo que podemos empezar por ahí- el semblante en la cara del azabache cambio de estar serio a ilusionado- Esto no quiere decir que vayamos a volver, no hasta que...

-Hasta que sientas que llevas las riendas de tu vida sin depender de nada, lo sé –entonces la miro de pies a cabeza- Estas hermosa.

-Levi...

-No es coqueteo, ¿No puedo decir que estas linda? Además solo me estoy limitando a decirte que te vez hermosa, si fuéramos algo más probablemente no me contendría con los elogios.

-Pues gracias por las palabras- se arregló uno de sus mechones tras su oreja- Creo que después de tal regalo- apunto el cosplay del azabache- No nos hará daño compartir un rato, comer algo y tal vez ver algo de televisión...

-Podríamos compartir un chicle mientras estamos sentados en la banqueta de la calle y estaría bien para mí –A este paso a Hange se le terminaría saliendo el corazón por la boca, no podía ser tan dulce sin pretender provocar alguna reacción en ella, no era de piedra después de todo.

-Sera pizza en la sala, eso ¿Esta bien para tus expectativas?- Levi asintió y reparo en la bolsa de regalo que tenía en sus mano.

-Lo había olvidado, también te tenia este regalo- estiro la mano para cedérselo mientras Hange no estaba segura de recibirlo, se sentía culpable por los detalles de Levi aun cuando ella le había roto el corazón en cierta media –No te atrevas a sentirte culpable, es algo que yo quería hacer.

-Pues nuevamente muchas gracias –se sentó en el sofá pidiéndole con de su mano que se sentara al lado de ella para empezar abrir el paquete sorprendiéndose con una cámara polaroid de los años 90' la cual estaba descontinuada –Pero...

-Es increíble la cantidad de cosas que puedes encontrar en las antigüedades de Japón, recordé que alguna de nuestras conversaciones lo mencionaste, de hecho recuerdo que hablaste extensamente de ello pues te quejaste bastante de lo flojos que era los fabricadores de polaroid por no hacer más de esos tesoros.

-Pensé que cuando hablaba de cosas por mucho tiempo solo apagabas tu cerebro y dejabas de escuchar para concluir mis monólogos con una sonrisa o una cara de "no te entendí ni un carajo"

-Si hablas de lo que te gusta es importante para mí, no es que recuerde el 100% de las cosas pero si la mayoría –Hange asintió para luego darle un abrazo –Feliz cumpleaños cuatro ojos.

-Gracias enano- se miraron por un par de segundos, era como si el tiempo separados no hubiera ocurrido él la seguía mirando de esa manera tan particular y ella sinceramente no podía evitar ser evidente –Bien, pediré la pizza- se levantó del sofá para ir por el teléfono de la cocina.

Hizo el pedido sin preguntarle al azabache pues después de todo casi llevaban un año en esta relación y había hecho pedidos de comidas un centenar de veces, cada uno sabía que cosas le gustaban al otro. Pudo ver al azabache removerse incomodo con el sofá con el cosplay puesto y pensó que su madre aun conservaban algo de ropa de su padre en algún lugar de armario.

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