En el capítulo anterior...
-Si me estuvieras dejando porque no me amas lo aceptaría, entendería y te dejaría tranquila, pero estas siendo caprichosa y egoísta, si has decidido dejarme no pienses que voy a volver, no tenías derecho de herirme de esta manera, Hange.
-Tal vez esto es lo que debía pasar, Levi.
La castaña no estaba feliz con lo que había hecho, sentía que su mundo se estaba desmoronando y que ella misma se había encargado de derribar los pilares que la estaban sosteniendo, sabía perfectamente que para Levi su palabra era ley, sabía que lo había herido y había un sinfín de cosas que sabía estaban mal respecto a la conversación de hace unos minutos pero no se sentía apta ni buena, no podía dejar que el azabache de hundiera con ella, no podía hacerle eso, menos cuando el futuro de Levi se veía prometedor y ella se sentía tan rota por dentro.
-Sé que debo irme pero aún tengo la esperanza de que te retractes- se escuchó el eco de la voz del azabache- Como si no supiera lo terca que eres.
-En algún momento vas a entender que esto es lo mejor que nos podría pasar, no puedo ser un lastre en tu vida, quizás... quizás si algún día mejoro en verdad, pueda volver a ser.
-No será, yo no soy un juguete que puedes usar cuando quieras, te aburres, me botas y luego vuelvo a ser útil, las cosas no son así, Hange.
-Entonces está todo dicho, ya no habrá nada más, la historia llego a su fin- en todo ese tiempo no había dejado de estar en contacto y soltarlo se sintió realmente frio, como si estuviera perdiendo una parte de ella y pensó que probablemente estaba siendo dramática- Solo debo decir que en verdad lo siento, no hablaremos en mucho tiempo probablemente así que solo ahora puedo expresar cuanto lo siento.
-Disculpas aceptadas, que te vaya bien en tus competencias – se levantó de la cama sin mirarla, si todo había terminado pues no se iba a quedar para despedidas melosas ni con llanto.
Cuando cerró la puerta Hange se dejó caer nuevamente a la cama, se había cansado de llorar, sus ojos estaban hinchados y la presión en su pecho no desaparecía, sentía que le costaba respirar, que sus manos y piernas temblaban, pensaba que jamás volvería a ser feliz, que no importaba que tanto se esforzara la desgracia siempre se hacía presente aunque ahora era consiente que Levi ya no estaría más en su vida gracias a ella misma.
Luego de unos minutos sintió la puerta nuevamente, sabía que se trataba de Nanaba y la verdad no quería hablar de lo ocurrido, no quería dar explicaciones, no quería dar motivos para que la rubia la llamara estúpida y con toda la razón del mundo.
-¿Porque te haces esto?- la escucho a su espalda mientras se acomodaba en la cama junto a ella y la abrazaba – Hange...
-Hoy no, Nanaba- pidió la castaña apretando las manos de su amiga alrededor- Ya mañana me puedes decir que tan estúpida soy.
-No puedo decirte que las decisiones que viene de tus sentimientos son estúpidas, pero bueno, es lo que sientes y nadie te puede corregir respecto a eso.
-Esa fue una explicación muy larga para decirme que si soy estúpida pero que no me sienta mal por eso –soltó una risa sonrió ligera.
-Al menos aun te puedes reír, tranquila estoy aquí.
****
El azabache sentía que su quijada dolía, aguantar las lágrimas le estaba generando un dolor físico, sus ojos estaban nublados por las gotas salinas que se negaba a dejar salir, no le demostraría a nadie que la castaña lo había dañado a tal punto de desear pegarse en la cama y llorar.
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Cliché.
Fanfiction¿Cómo sería habitar en la vida de otra persona solo por algunos días? sentirse parte de algo y no un mero desperdicio de oxígeno, un espectador de la vida mientras esta pasa sin detenerse por ti. ¿Sería reconfortante recibir genuina atención? Esta e...