Moviendo el corazón (parte 1)

596 58 14
                                    

"Conmoción, del latín -commotio-, -commotionis- (sacudida): poner en movimiento".

El dolor del golpe contra el suelo que se dio gracias al fuerte empujón que el príncipe le propino haciéndolo caer, lo regreso a la realidad.

Una en la que no había podido controlar sus síntomas y acababa de besar a un hombre, al futuro rey y al prometido de su propia hermana. La inmoralidad de sus actos se le aferró en los labios antes de reaccionar.

El príncipe, sorprendido, salió corriendo sin permitirle siquiera ver su expresión y un auténtico terror invadió a Ohm que se incorporó para alcanzarlo con el cuerpo temblándole.

— Me voy, he olvidado que tengo que revisar los libros de cuentas del palacio para la reunión de mi padre con el consejo —habló apresuradamente el príncipe al encontrarse con las damas a las que acompañaba.

Neare miró su pálida expresión extrañada—. Su majestad, ¿se encuentra bien?

La cabeza de Fluke daba vueltas, pero aún recorrió a sus modales—. Por supuesto que sí, me disculpo contigo en especial, debo irme.

— Tú padre no me mencionó nada de eso deberías de esperar a que terminemos, es importante para tu prometida— reprendió con serenidad la reina.

— Es orden del Rey— se justificó y, de soslayo, miró congelado a su cuñado en la puerta de aquella habitación. Sin quererlo su expresión, similar a la de un niño travieso perdido, le provocó un retortijón y la ansiedad de salir corriendo para dejar de verle aumentó.

— Entonces... — apresuró su salida.

La sonrisa inocente de Neare le tranquilizó y le dio una nueva sensación de suciedad en el alma por partes iguales, el corazón pareció subírsele a la garganta y el aire se atascó en sus pulmones—. Yo entiendo, su majestad, no se preocupe por mí por favor. Vaya a cumplir con sus obligaciones—, aceptó la joven.

Fluke tomó su mano y besó el dorso con amabilidad, se despidió con una inclinación de cabeza de las demás mujeres que de vuelta le miraron con desaprobación y salió apresuradamente hacia el carruaje.

El camino hacia el palacio le pareció eterno estando demasiado consciente del cochero que, en su cabeza, parecía mirarle como si lo supiera. Como si supiera que sus labios acababan de tocar los de un hombre y le estuviera juzgando por ello.

La soledad se hizo temer para el príncipe por primera vez. El tiempo para pensar le traicionó haciéndolo entrar en una pequeña paranoia en la que otras miradas también le inquietaban. Le parecía leer en todo con el que se cruzaba asco, burla, lástima y decepción...

El sendero por el que hacía apenas un par de horas había sido arrastrado un infeliz estaba teñido de sangre y la plaza que parecía haber terminado el evento, olía a un castigo y redención que se aferraron con fuerza a los pensamientos del muchacho.

Fluke soportó las ganas de vomitar y se encogió en el asiento hasta llegar a su destino.

Bajó corriendo sin mirar a nadie a la cara, buscando a su primo con desesperación y visualizándolo sentado sobre una de las bancas de concreto del palacio dibujando atentamente una de las fachadas.

— Earth—, lo llamó con la voz apenas saliendo avergonzado y confundido con los fuertes latidos de su corazón.

El joven le miró y se alarmó—. ¡¿Ya han llegado?! Dios eso fue rápido, ¿dónde está mi madre? Jamás voy a terminar de dibujar a este paso— se apresuró levantándose mientras juntaba sus utensilios y envolvía el papel en un largo pliego.

— Earth.

— ¿A qué no adivinas en dónde he escondido todo? — parloteó sin escuchar ni notar la ansiedad en el príncipe que le miraba con desespero, suplicando en silencio con los puños cerrados en tensión —. ¡En el granero! No sabía que tenía un ático, pero mamá An me dijo que lo tiene, así que he escondido todos mis dibujos y materiales ahí. Mañana podemos llevar tus libros y-

Sickness [OhmFluke]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora