Falta de clemencia (parte 1)

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"Impío, del latín impius, significa: carente de compasión, misericordia, clemencia o indulgencia, considerado como un pecado que no se absuelve. Carente de doctrina, creencia o religión por alguna causa en especial."

Al entrar al gran salón principal del castillo una congregación de falsos Santos delante de ellos los esperaba.

El rey imponente y la reina herida. El virrey sonriente y la virreina colérica. Los arzobispos solemnes y los jueces corruptos. Los gobernadores avaros y los condes mezquinos.

Toda una corte que se proclamaba a sí misma como celestial esperando dar su veredicto para los pecadores.

Los prisioneros, aún atados juntos por una larga cuerda que sujetaba sus muñecas, fueron hincados en línea frente a los tronos, de donde sintieron provenir miradas de enfado, desdén e indiferencia.

Todos sudaban, agotados y con la suciedad de sus cuerpos invadiendo los restos de sus espíritus. Las respiraciones eran dolorosas a pulmones ya vacíos de aire y las palabras no salían de las gargantas mallugadas a causa de los gritos que sirvieron al frente de una guerra perdida.

Ninguno tenía la fuerza ya para tratar de emitir sonido alguno, hasta que él arrastre del cuerpo casi inerte de Earth hizo al primer príncipe reaccionar.

—Un doctor... —susurró al ver como Title lo jalaba de las piernas por el suelo—. ¡Necesita un doctor, está perdiendo demasiada sangre!

—Cállenlo —ordenó su tío y uno de los verdugos presentes se acercó con una enorme sonrisa en el rostro para darle una bofetada que terminó por hacerlo caer por completo en el suelo.

El escozor del golpe sometió totalmente su valor y se rindió de volver a erguirse, mas no le fue permitido verse tan lamentable y el mismo agresor le tomó por los cabellos para hacerlo regresar sobre sus rodillas con el labio roto.

Su amante, taciturno, se impulsó hacia el frente para llamar la atención de sus padres, quienes se encontraban de pie a un lado de los virreyes, avergonzados.

—Padre, ¿de qué crímenes se nos está acusando como para tenernos en tales condiciones? —cuestionó con la frente en alto—. Cualquiera que sea el cargo por el que se nos retiene, merecemos un juicio y una defensa adecuada.

—¿Merecer? —preguntó el virrey, avanzando un paso en el podio para presentarse enorme ante los que veían como mínimos—. Tú descendencia es una total vergüenza, Thitiwat. Es una verdadera lástima que del nombre que tanto se alzó en la milicia ahora solo quede esto —se burló y señaló con la palma de su mano hacia donde los hijos de la familia humillada se encontraban detenidos—, un maricón y una marimacha, ambos llenos de la sangre de nuestra guardia.

—Dios bendiga siempre a la corona, su alteza —recitó Neare antes de inclinar la cabeza para atravesé a hablar con la mejor propiedad posible—. ¿Está diciendo que, sin juicio alguno realizado, nos condenará bajo los motes que ha usado? ¿Solo porque sí? ¿Sin prueba alguna de sus palabras? ¿Es eso lo que hará el Santísimo Oficio con los hijos reales, los hijos de una reconocida familia a su servicio y los miembros de su pueblo?

Uno de los religiosos rio casi con ternura por la muchacha que hablaba como si supiera más que ellos. Con la mirada soberbia y las mejillas llenas de tierra.

—Por supuesto que no, hija mía. Todos ustedes, tal como nosotros, son hijos de Dios. Todos aquí somos iguales y, como tales, les daremos ahora un juicio digno de su humanidad —aclaró con voz fuerte.

—No tenemos una defensa, ni testigos que aboguen por nuestro nombre, tenemos derecho a prepararnos —siguió Fluke, entornando los ojos hacia los sacerdotes, como buscando una grieta en la postura rígida que presentaban.

Sickness [OhmFluke]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora