⎯¿Y perdón por qué, te tengo que pedir yo?
Se rió y se incorporó, separándose de la camioneta negra. Se cruzó de brazos y me miró sobrado, con una sonrisita de lado.
⎯Te vine a ver ⎯me dijo sonriente.
⎯¿Y? ⎯le dije, mirándolo incrédula⎯. ¿Te tengo que aplaudir o qué?
Frunció su ceño, aún sonriendo, y sacó los brazos de su pecho.
⎯A pero qué ortiva que sos.
Resoplé y me saqué el sudor que corría por mi frente con mi antebrazo. Lo miré cansada.
Tenía que irme a trabajar, no podía estar pelotudeando con el tarado este.
⎯Mirá, me tengo que ir, chau.
Cuando me dí la vuelta, me agarró el brazo con fuerza y tiró de él hasta que estuvimos cerca. Tan cerca que podía oler la colonia exquisita en la que estaba bañado.
Miré hacia arriba para encontrarme con su carita de turro lindo que tanto me gustaba. Me miraba con una muequita traviesa, y su sonrisa se ensanchó.⎯Sos tan linda, no puedo creer.
Le sonreí embobada hasta que me acordé de dónde estábamos y que tenía que irme.
Me separé despacito y rasqué mi nuca sudada, incómoda por la cercanía y por la confianza que él había flasheado conmigo. Lo ví una vez en la vida y se aparece en mi trabajo a decirme que soy linda, ni Dani se atrevió a tanto.
⎯Hablé con Dani, después de que te fuiste ⎯me dijo, cortando con el silencio. Sacó un faso de su bolsillo y empezó a prenderlo⎯. Me contó sobre la deuda esa que tenés.
Abrí mis ojos de par en par.
No podía ser. Iba a matar a ese tarado.
¿Cómo se atrevía a ir ventilando vida ajena? Y todo porque no le correspondí, seguro, pero qué pibe gil.Empecé a respirar con dificultad al darme cuenta de la gravedad de la situación. Si se enteraba más gente sobre la deuda, solo me traería más problemas a mí, y estaba sola en esto, porque ni siquiera mi hermano me ayudaba. No podría soportar más quilombo en mi vida. Necesitaba resolver todo e irme al carajo una vez pagada la deuda.
⎯No te alteres, el chabón estaba re mal y me empezó a contar ⎯me dijo cuando me vió alterada y apretando los puños, con ganas de romperle el auto en el que había venido⎯. Y se me ocurrió algo... Pero tenés que ser linda conmigo si querés que te cuente.
Entrecerré mis ojos y me crucé de brazos, respirando profundamente para que el enojo se me fuera. Medio que me estaba calmando, pero lo único que quería era irme a trabajar y dejar de perder mi tiempo con éstos raperitos del orto que solo me estaban trayendo problemas.
⎯Trueno, me tengo que ir ⎯le recordé, exasperada.
Le dió unas caladas más al porro y lo tiró al piso para pisarlo.
⎯Bueno, te lo digo rapidito, entonces.
Asentí y esperé impaciente, de brazos cruzados, para que siguiera hablando.
⎯Dentro de poco voy a sacar una línea de merchandise y necesito modelos. Estaba pensando en que quedarías re cheta para mi campaña.
Dejé que sus palabras resonaran un rato por mi cabeza hasta que no pude más y estallé en risa, agarrándome los costados porque no podía más.
¿Yo, modelo? Ni en mis más preciados sueños. Era una morochita de barrio, que andaba metida en todo menos en algo bueno; ser modelo como que no era para mí.
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𝙈𝙊𝘿𝙀𝙇𝙊; 𝘵𝘳𝘶𝘦𝘯𝘰
Fanfiction❝ ─Deberías ser modelo ─me dijo Trueno sonriéndome de lado. Se acercó y me acarició el cachete con la yema de sus dedos─. Tenés la carita perfecta, un lomazo... No sé, pensálo. ─Terrible chamuyero resultaste ser. ❞ Casandra está en una situación des...