Cárcel de mujeres de Santa Martha Acatitla, Ciudad de Mexico.
Un grupo de oficiales se dirigió a la celda ubicada al fondo del largo pasillo. Una de ellas golpeo los barrotes llamando la atención de la detenida.
- Es tu día de suerte, majestad - dijo en tono burlesco reposando sus brazos sobre las rejas - ponte algo bonito, saca toda tu mierda de aquí y vámonos - ordenó.
- Ya estoy lista - la mujer de unos 40 años de edad se coloco unos tacones que estaban junto a su cama, tomó un bolso y se acercó a la salida - ¿me abres? - levantó la mirada.
Las tres oficiales condujeron a la mujer hasta una oficina a través de un corredor silencioso.
- ¿Van a devolvérmelo? - pregunto nerviosa.
- Pues no vamos a quedárnoslo - dijo en tono sarcástico su acompañante. La uniformada abrió una puerta color blanco, tras la misma se encontraba un niño de unos 10 años recostado. Al oír el bochorno, el pequeño despertó y sin pronunciar palabra, corrió a los brazos de la mujer sin vacilar ni por un minuto.
El pequeño niño, rubio, con grandes ojos color azul derramo miles de lagrimas de emoción.
La mujer lo cargo en sus brazos y caminaron hacia el patio trasero del correccional.Las reclusas mas jovenes observaban el suceso desde los bancos del patio.
- ¿En verdad es ella? - pregunto curiosa una de ellas.
- Claro que si, la famosa reina - dijo la mas anciana - la que alguna vez conquistó el Pacífico y sus playas - tomó una botella de tequila - la mujer con mas cojones que ha pisado las tierras de Sinaloa - bebió un trago.
- Si las historias son ciertas, esa mujer tenia los ovarios mejor puestos que cualquier hombre - contestó la muchacha.
- Los tiene, cariño. La historia no termina aquí - rió la anciana - la reina del pacifico esta otra vez en las calles y con ella volverá su reinado.
Una enorme camioneta negra blindada esperaba su salida. Ingreso a ella junto al niño y rápidamente se retiraron.
- ¿A donde vamos, señora? - dijo una persona con una voz que ella bien conocía.
- Nos vamos a Tijuana - contesto colocándose su anteojos de sol.
- A sus ordenes - condujo con rapidez.
El hombre misterioso saco de la guantera un estuche dorado y se lo entrego a la patrona.
- Pensé que la extrañaría - guiño el ojo.
Sandra lo abrió y tomó su pistola con delicadeza, un brillo iluminó sus ojos, uno que hacia años no aparecía.
- Si que la extrañaba, volver a sentir su peso en mis manos es gratificante, gracias - sonrío.
- Espero que aun sepa usarla - bromeó.
- Aun soy la Reina del Pacífico - dijo admirando su mas preciado tesoro - Tijuana nos espera.
- Y sus enemigos también - agrego su acompañante - ¿esta tan preparada?
- Claro que si, preparada y tan segura como que me llamo Sandra Avila Beltran.
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Bienvenido al paraíso
JugendliteraturSandra es una famosa narcotraficante, luego de la renuncia de su padre, el cartel de Sinaloa quedo en sus manos pero alguien de adentro la traicionó. Pasó 10 largos años en prisión donde se hizo de nuevos contactos y aprendió nuevas técnicas. En su...