El teléfono sonó. Sandra despertó de su sueño, lo tomó y contestó.
- ¿Me tienes buenas noticias? - pregunto aun con la voz algo ronca.
- Todo lo que pediste - contesto la voz al otro lado de la linea.
- ¿piscina? ¿Bebida? - preguntó.
- Tengo todo, solo me falta algo - la voz hizo énfasis en la última palabra.
- ¿Que te falta? ¿Dinero? Pon los ceros y lo tienes pero quiero todo lo que pedi y no voy a tolerar que algo falte, al fin salgo de esa jaula no me decepciones.
- Faltas tu - rió- prima al castillo solo le falta la reina - suspiro - te tengo una sorpresa...
- Me asustaste - rió Sandra - ¿una sorpresa? - interrogó - ¿que es?
- Lo sabras cuando llegues - contestó - moví dinero y contactos, tu sorpresa debe estar abordando un avión a Mexico en este momento.
- Espero que no sea lo que creo - dijo con desgana - no quiero nada Belu, tu bien sabes que mi corazón aún le pertenece a alguien que quizá no vuelva a ver - una lagrima rodó por su mejilla.
- Tu tranquila - insistió - confía en mi - colgaron la llamada.
El conductor miro a Sandra con lastima.
- ¿Esta todo bien? - preguntó - oiga yo no soy la señorita Belén pero puedo entender los problemas de las mujeres y si necesita hablar pues ya nos conocemos ¿verdad?
- Gracias pero no es algo de lo que me guste hablar - entrelazó sus manos.
- Pues entonces cuénteme de la fiesta - dijo - bebida y piscina me suenan a fiesta.
- Es una fiesta de bienvenida a la libertad otra vez - sonrío - y si, estas invitado.
- Gracias, patrona - devolvió la sonrisa.
Sandra posó su mirada sobre el pequeño niño que iba a su lado, acaricio su cabello y sus mejillas. Se podia notar en los ojos de la mujer la angustia que llevaba guardada.
- ¿Es el padre del niño? - preguntó.
- ¿Que? - dijo ella algo confundida.
- El hombre del que hablaba - contesto - a juzgar por la apariencia del pequeño creo que habla del rubio, ¿como era que le llamaban? El felino... - vaciló - El tigre - dijo sin dudar - Él es el padre del plebe y usted nunca dejo de sentir las mariposas por él ¿o me equivoco?
- No, no te equivocas - suspiró - aun siento "las mariposas" y si, es el padre de Francesco - dijo - y por mi culpa esta donde esta, yo lo metí en esto, yo tengo la culpa de muchas cosas, mis hijos por ejemplo, Dieguito y Alfonso, fue por mi culpa que los mataron, eran niños, 18 y 14 años ¿quien merece recibir una bala en los sesos a esa edad? Y Teresa, mi única hija, decidí alejarme de ella porque quería protegerla pero le di una mala educación desde que era una niña, una pequeña de su edad debía jugar con muñecas, no contar bolsas de cocaína con su madre, le di un mal ejemplo y mírala ahora, desde que tomo un arma se cree invencible - sus ojos se empañaron - y sabes que? A pesar de todo me siento orgullosa.
- Señora, cuando usted cayó, sus hijos se volvieron de mal en peor, el Dieguito le agarro el gusto al gatillo y trabajaba de sicario, su destino ya estaba marcado, el niño Alfonso no era inocente, estaba en pandillas - dijo el hombre - y la niña Teresita pues le mataron al marido, usted la alejo de su vida, le entro a la cabeza esa idea de "yo soy la hija de la reina del Pacífico y eso me convierte en la princesa de la coca", y comenzó a pistolear y traficar, nada de eso es culpa suya, patrona - le dio ánimos - ellos tomaron sus propias decisiones, usted crió buenos hijos.
- Gracias, eres la primer persona que no me hace sentir una mierda en mucho tiempo - secó sus lágrimas.
- ¿Por que no vuelve a dormir? Aun nos quedan unas horas de viaje y usted necesita descansar.
- Podemos pelear, pero te aprecio ¿sabes? - cerro sus ojos.
- Yo también la aprecio - contestó.
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Bienvenido al paraíso
Teen FictionSandra es una famosa narcotraficante, luego de la renuncia de su padre, el cartel de Sinaloa quedo en sus manos pero alguien de adentro la traicionó. Pasó 10 largos años en prisión donde se hizo de nuevos contactos y aprendió nuevas técnicas. En su...