Sandra llego a la casa y noto que frente a su propiedad estaba estacionada una camioneta lujosa que no le pertenecía. No le dio mucha importancia, sus hombres siempre llegaban con vehículos nuevos, seguro podia pertenecer a alguno de ellos.
- ¿Eso es tuyo? - le preguntó a "El metro", el principal de sus hombres de seguridad - ¿o al menos sabes de quien es?
- No señora - bebió un sorbo de su té.
- ¿Que es esa cara? - pregunto con seriedad - ¿estoy diciendo un chiste o que?
- Nada, nada en realidad - contesto ocultando su sonrisa.
- Que te lleve la chingada - lanzó su bolso a un sofa y se dirigió a la cocina - Olivia ¿que hay? Tengo hambre - dijo al ingresar pero no recibió respuesta - ¿Olivia? - insistió - una joven de esbelta figura, largo cabello negro recogido en una coleta y cubierta de joyas ostentosas se dio la vuelta de repente.
- Le di el día libre - se quito sus anteojos de sol Gucci - espero no te moleste, pensé que tu y yo tendríamos mucho de que hablar.
- ¿Teresa? - dijo Sandra al punto de casi romper en llanto - ¡Teresa! - dijo finalmente.
- La misma en persona - se aproximo - ¿no era que me buscabas? - unas cuantas lagrimas resbalaron por sus mejillas - ya no buques ma porque aquí estoy - le dio un abrazo.
- ¿Donde estabas? - interrogo la mujer - estaba muy preocupada por ti, sobre todo luego de la muerte de tus hermanos - secó su rostro.
- Mis hermanos no murieron, mami - negó- los mataron, luego de que te fuiste, el cartel del Golfo quiso quedarse con todo lo que nos pertenecía y te guardaban un poco norme rencor a ti, se fueron en contra de nosotros, asesinaron a mi esposo y luego a mis hermanos, me buscaban a mi también - dijo con los ojos llenos de lagrimas - dejaron de buscarme después de un tiempo; escuché que te habían liberado y vine directo a ti - abrazo con fuerza a su madre.
- Ya estas aquí, estas conmigo, mi amor - beso su mejilla - y te prometo que nada va a pasarte, voy a desmembrar cada miembro de quien quiera si quiera tocar uno de tus cabellos.
- Jamas me sentí tan segura como ahora - se aferró aun mas a Sandra - escuche que tengo un hermano, en realidad me lo contó la tia Belén ¿por que yo no sabia nada? Y también escuche que liberaron a Juan ¿es el padre del niño, verdad?
- Ambas cosas son ciertas, tienes un hermano, Francesco - tomó sus manos - no podia decirte nada, lo tuve estando en prisión, tuve suerte de que no me lo quitaran, y si, Juan es su padre y lo liberaron, estamos juntos de nuevo y ahora que mi hija regreso al fin podemos ser una familia - acaricio su cabello.
- Claro, ya no quiero que me dejes, por favor y ya no soy una niña, mama - la miro fijamente - aprendi cosas, quiero que me dejes ser tu mano derecha en el negocio, ya no quiero que estes en esto sola - insistió- ¿confías en mi?
- Claro que confío en ti y si, me eh enterado que aprendiste "cosas" por ejemplo aprendiste como jalar el gatillo - dijo en tono sarcástico.
- Oye tú no me juzgues, tenia que ganarme la vida - dijo avergonzada.
- Te amo cariño.
- Yo también te amo, mamá.
La puerta se abrió de repente interrumpiendo a ambas. Juan ingresó con varias bolsas que dejo en un compartimiento bajo la escalera que llevaba al cuarto. El pequeño corrió directo a la cocina en busca de Sandra.
- ¡Mama! - grito antes de ingresar - ¿hola? - dijo mirando fijamente a la joven junto a su madre llevando su mano a su boca.
- Hola - dijo ella con una sonrisa en el rostro - ¿como estas, Francesco? - estrechó su mano.
- ¿Quien eres? - preguntó él.
- Soy tu hermana - tomo sus pequeñas manos - mi nombre es Teresa.
- ¿Tengo hermana? - preguntó emocionado - hola Teresa - tomó el rostro de la chica con ambas manos observándola con sus grandes ojos azules - eres bonita - la abrazó.
- Tu también eres bonito - abrazo con fuerza al pequeño.
- ¡Teresita! - Exclamó Juan al ingresar - has vuelto - la abrazó - ¿como estas?
- Muy bien, gracias - contestó.
- ¿Como estas, cariño? - se dirigió a Sandra y la besó.
- Mejor que nunca - dijo ella - ahora toda mi familia esta conmigo - esbozo una sonrisa.
- ¿Puedo llevar a mi hermana a recorrer la casa? - dijo emocionado el pequeño.
- Si, claro, vivirá aquí y debe conocerla - dijo Juan.
- Vamos Teresa, vamos - jalo del brazo a la joven.
- Ya voy - rió ella.
Juan se aferro a la cintura de Sandra y beso su mejilla.
- Eres hermosa - le dijo.
- Son las 10 de la mañana y ni siquiera me cepille el cabello ¿te parezco hermosa? - dijo en tono burlesco.
- Eres hermosa a la hora que sea y con el cabello cepillado o no - rió.
- Eso lo dices porque te gusto.
- Exacto, lo digo porque me gustas y me gustas mucho - acarició su cabello - creo que ahora que descubrieron que son hermanos y conociendo a Fran tendremos mucho tiempo libre mientras le muestra cada uno de sus benditos juguetes a Teresita - acaricio su rostro - quiero usar este dia solo para ti y para estar contigo ¿que dices?
- ¿que tienes en mente?
- Vamos al cuarto y tu me dices - guiño un ojo.
- Bien pero tu me llevas - rió.
- Como diga, majestad - la cargo entre sus brazos y se retiraron.
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Bienvenido al paraíso
Teen FictionSandra es una famosa narcotraficante, luego de la renuncia de su padre, el cartel de Sinaloa quedo en sus manos pero alguien de adentro la traicionó. Pasó 10 largos años en prisión donde se hizo de nuevos contactos y aprendió nuevas técnicas. En su...