La fiesta (1/?)

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La casa estaba decorada con globos dorados y rojos, los colores favoritos de la festejada. Miles de guirnaldas en resplandecientes colores metálicos le daban brillo al paisaje. Todos los preparativos estaban casi listos para la celebración que se llevaría a cabo.

Ambas mujeres se dirigieron al interior de la casa.

- Voy al cuarto, me dices si me necesitas - dijo la joven.

- Claro - contestó Sandra.

Se dirigió rápidamente donde se encontraba su pareja quien iba de salida.

- ¿Te vas? - pregunto - ¿vuelves para la noche?

- Voy por aquí cerca - la sentó en sus piernas - ¿necesitas algo, bombón? - aparto un mechón de su cabello que caía sobre su rostro.

- Solo a ti - se recostó sobre él - te amo.

- Yo también te amo - beso si mejilla - ¿que te parece si te traigo uno de esos chocolates que tanto amas y vemos una película esta noche? - acarició su rostro.

- Amo esa idea - tomó su mano - no te tardes, te necesito - lo beso.

- Yo también te necesito y eso lo sabes - tomo su mano - 4 horas sin tocarte o besarte son demasiadas - beso si cuello - estoy aquí en una hora - guiño su ojo.

- Te espero - beso su mejilla.

Al oír la voz de Sandra, el pequeño que se encontraba jugando afuera corrió a sus brazos.

- ¡Mama! - la abrazo.

- Mi amor - beso la mejilla del pequeño - ¿como esta el niño mas bonito del mundo?

- Estoy bien, mami - sonrío - ¿y mi hermana? - preguntó.

- Esta en su cuarto, esta algo cansada.

- Quería darle este dibujo que hice, mira - se lo mostró - somos ella y yo.

- Seguro le encantará, cariño - acaricio su cabello - ¿por que no se lo llevas?

- Esta bien - el niño corrido al cuarto de Teresa.

Sandra se dirigió a su cuarto y a darse un baño.

Pasada una hora, la cual se volvió eterna para ella, Juan regreso a la casa.

- Hermosa, te traje lo que te prometí - entro al cuarto y le entrego el chocolate.

- ¡Si lo trajiste! - dijo emocionada como una niña pequeña - pensé que lo olvidarías...

- ¿olvidarme de lo que a ti te hace feliz? - acaricio su cabello - eso nunca.

- ¿vienes conmigo? - lo jalo hacia ella.

- Claro que si - la beso - ¿alguna vez te dije que amo el olor de tu piel? - se dio la vuelta y la coloco sobre él.

- No, nunca lo habías dicho - dijo ella dejando caer una lagrima por su mejilla.

- ¿que pasa, mi vida? - seco la lagrima - ¿estas bien? - acaricio su mano - puedes contarme.

- No es nada - tomó su mano - eres tan dulce conmigo y estoy tan enamorada de ti, y no se si tu lo estas, pero para mi es difícil esto de sentirme así, me han lastimado demasiado.

- Tranquila, mi amor - la abrazó - yo te amo, yo jamas te voy a hacer daño, estoy muy muy enamorado de ti - derramó unas lagrimas - te juro que te voy a cuidar con mi vida - la abrazo con mas fuerza aun.

- Te necesito - se refugio entre sus brazos.

- Te amo - la beso apasionadamente - te amo mas que a mi vida y amo la familia que tengo contigo y los niños.

- Gracias - lo abrazó - gracias por darme a Francesco y por tratar a Teresa como a tu propia hija...

- Teresa es mi hija, no de sangre pero la amo como si lo fuera, así como amo a Fran y como te amo a ti.

- ¿puedes ser solo mío por esta noche? Quiero besarte y estar contigo sin interrupciones.

- Todas, todas las mañanas, tardes y noches, te amo Sandra - entrelazó sus manos con las de ella - no imaginas las sorpresas que tengo para tu fiesta de cumpleaños mañana - sonrío.

- Lo único que necesito es a ti, a los niños y un pastel - apoyo su cabeza sobre su hombro.

- Te amo - se susurró al odio.

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