"Lagrimas de dinero"

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Medellín, Colombia

- Mami - jaló la falda de Sandra.

- ¿Que? - preguntó ella.

- Tengo hambre, ¿ya vamos a comer? - se notó fastidio en su voz.

- Ya cariño, primero hay que llegar a la casa de tu tía.

- ¿Cuanto falta?

- Media hora, creo - miró el reloj.

- Eso no es justo - se sentó enfadado.

- ¿Quieres galletas? - Claudia le entrego una bolsa de galletas de chocolate.

- ¡Si! - el niño la tomó - gracias Claudia.

- Por nada - acarició el cabello del pequeño.

- Gracias - añadió Sandra.

- No es nada - se retiró.

- Mira, Fran - Juan señalo el paisaje - ahi esta la casa de tu tia.

- Es grande - dijo sorprendido.

- Si, es muy grande.

                                         ~🖤~

- Bienvenidos - la joven de cabello rubio ondulado abrazó a Juan.

- Pasó tanto tiempo, hermanita - dijo con emoción.

- Cuñada - esbozó una enorme sonrisa y abrazó a Sandra - ¿como estas?

- Muy bien, ¿y tu, Vanesa? - le devolvió el abrazo.

- Muy bien, cariño.

- Que suerte.

- ¡OH POR DIOS! - dijo admirando a Teresa - ¿tu eres esa niña pequeñita que correteaba por todas parte con sus moños en el cabello y vestidos de princesa? - apretó sus mejillas - pero mira como has crecido, Teresita - le dio un beso en la mejilla - ¡y este pequeño debe ser mi sobrino! Esos destellos platinados en el cabello son inconfundibles, eres idéntico a mi hermano de niño.

- Yo digo lo mismo - añadió Sandra.

- Vengan, pasen - los invitó a ingresar.

- Papá me contó las noticias, ¡van a casarse! - dijo emocionada - estoy tan feliz por ustedes, hacen una pareja hermosa y se los ve muy enamorados.

- Nuestra boda esta arruinada, debemos postergarla - dijo Sandra decepcionada.

- De ninguna manera, si no pudo hacerse en Mexico, se hará aquí, esta toda la familia - tomo sus manos - tu y yo iremos mañana mismo a buscar tu vestido y se hará en tiempo y forma - sonrío.

- Eres la mejor - Juan abrazo a su hermana con fuerza.

- También buscaremos un hermoso vestido para esta niña tan bella - se dirigió a Teresa.

- Gracias, Vanesa.

- No me digas así, dime tia - acaricio su cabello - tu eres mi sobrina.

- Pues, gracias tia.

- Mucho mejor mi buñuelo - apretó su mejilla.

- Oye tia, ¿sera que conoces algún antro por aquí?

- ¿Piensas salir? - Sandra pregunto con un gesto de negación.

- Al menos te esta pidiendo permiso - añadió Vanesa - yo aún recuerdo que tu te escapabas de tu casa para salir, recuerdo esa vez en la que nos pediste a Marisa y a mi que te cubriéramos para que salgas con tus amigas cuando hacíamos pijamas - lanzó una carcajada.

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