La fiesta (2/?)

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Los primeros rayos del sol chocaban contra los cristales del cuarto. Eran aproximadamente las
6 de la mañana. El incandescente brillo que ingresaba por la ventaba interrumpió su sueño.

Se sentó en la cama y observo a Juan quien aun se encontraba sumido en un profundo sueño. Lo observo con ternura y acaricio su cabello.

- Si supieras cuanto te amo - susurró.

Al sentir sus caricias él despertó de inmediato.

- Lo siento, sigue durmiendo - se disculpó - no quería despertarte - apartó rápidamente su mano.

- No te disculpes - acaricio su rostro - nunca te disculpes - beso su mano - tu no me molestas.

- ¿sabes? - tomo su mano - estoy emocionada por esta noche, será nuestra primer noche como familia, los 4 - sonrío - y veré al fin a mis padres luego de tanto tiempo...

- Este será tu mejor cumpleaños - entrelazó su mano con la de ella - te lo juro

- Te creo - esbozó una sonrisa.

- Te ves tan hermosa cuando sonríes - acaricio su mejilla - de hecho, eres increíblemente bella.

- Claro que no - coloco un mechón de cabello detrás de su oreja - tu lo dices porque te gusto o porque estás conmigo - bajo la mirada - y aun no entiendo que me ves...

- ¿Por que dices eso? - tomo su mentón - diablos Sandra, ¿por que piensas eso?

- Yo te metí en muchos problemas, por mi culpa estuviste en prisión y aun así estas aquí.

- Si estuve en prisión fue por mi propia culpa, no tuya - secó las lagrimas de Sandra - yo te amo y claro que estoy aquí, estaré contigo hasta el fin del mundo - la besó

- Eres todo lo que siempre soñé - apoyo su cabeza sobre su hombro.

- Y tu el amor de mi vida - la abrazó - ya deja de pensar esas cosas.

- Mi amor - llamó su atención.

- ¿Que pasó?, mi vida

- Mis padres llegan esta tarde, ire a recogerlos con los niños ¿vienes, verdad?

- Claro que si, ¿tu padre aun me odia? - rió- recuerdo que no me quería ni a un metro de su hijita.

- Pues su hijita ya creció y ademas creo que ya sobrepasaste ese metro de distancia hace rato - dijo sarcásticamente - luego de tantos años de infidelidad, mentiras y maltrato, es lindo estar contigo, que me des amor y sentirme tan segura - se aferró aun mas a él.

- Dime que te toco un solo cabello y quemo su tumba - dijo enfadado.

- Una vez.... - dijo con los ojos cristalizados - pero no hablemos de eso.

- Jamas, jamas de los jamases voy a tocarte si no es para darte cariño y voy a desmembrar al que se atreva a hacerte algo - acarició su mano - a ti o a Teresita, no dejare que nadie toque a mi mujer o a mi hija, te lo juro.

- ¿Me das un besito? - se acercó.

- A ti te doy lo que quieras - la besó con pasión - adivina que - dijo acariciando sus labios - envié a preparar tu pastel favorito, frutilla y crema.

- ¿EN SERIO? - preguntó emocionada - muchas gracias - dijo con brillo en su ojos.

- Claro que si - respondió.

En la sala de estar de la casa, Teresa esperaba una llamada confirmando que los kilos que debían llegar desde Colombia efectivamente habían tocado tierra mexicana. Luego de un largo rato, el teléfono al fin sonó.

- Teresita - dijo el hombre al otro lado de la linea - me temo que hay un problema niña - dijo preocupado.

- ¿Que pasa? Hable de una vez Giovanni - dijo la joven.

- De los 74 kilos que usted ordenó - hizo una pausa - aquí solo llegaron 70...

- Mierda - dijo enfurecida - Creo que va a haber que hacerle una visita al jefecito.

- Sin ofender cachorra pero, yo creo que esto debería resolverlo su madre, es complicado niña.

- Que cachorra ni ocho cuartos - elevo su tono de voz - deja a mi madre en paz yo me encargo.

- De ninguna manera usted va a ir sola a ninguna parte, ¿quiere resolver las cosas sin ayuda de su madre? Pues me voy con usted.

- ¿Donde te espero?

- Espéreme al final del bosque al pie de la carretera, allí la recojo, estoy en 20 minutos.

- Te espero - colgó.

Efectivamente, 20 minutos después una camioneta blanca llego a recogerla.

- Teresa ¿usted esta segura de que no quiere decirle a su madre? - pregunto el joven en su interior.

- Claro que si, vamos.

- Yo entro con usted, usted no se separa de mi ¿entendió?

- Entendí.

- ¿Trae una pistola? Porque si no trae una se regresa y busca una inmediatamente.

- Siempre la traigo, no salgo sin ella.

- Vamos entonces - abrió la puerta - usted resuelve este problema y nos regresamos rápido.

- Claro que regresamos rápido. Esta noche es la fiesta de cumpleaños de mi madre - se coloco sus anteojos de sol.

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