Día 6

432 49 10
                                    


Bueno, esto es más una recomendación de mi amiga amante del yuri. Riko dijo que el kabedon era algo que siempre funcionaba. La verdad no se si creerle o no, pero ella a leído muchos doujins, así que confiaré en ella.

.

.

.

Lentamente caminaba detrás de Mari, intentado que no se percatara de mi precencia, porque estaba esperando el momento perfecto para llevar a cabo otro de mis planes, detrás de mí venían las otras 7 integrantes de aqours, haciendo un poco difícil el que no nos vieran, pero dijeron que necesitaban verlo con sus propios ojos, al parecer Riko les ha pegado sus gustos extraños.

Me dí cuenta de que Mari se dirigía hacia la sala de dirección, eso era una ventaja, pues por aquel rumbo no había absolutamente nadie, claro a excepción de las chismosas de mis mejores amigas, pero aún así las quiero.

Mari sacó de su bolsillo una llave para abrir la puerta, pero antes de que lo hiciera llegué yo a acorralarla contra la pared, de una manera un poco brusca.

-¿mande?- me preguntó. demonios, ¿qué se supone que haga ahora? Riko no me explicó lo que seguía, pero recuerdo la vez que la atrapé escondida en el salón de club leyendo uno de sus libritos, aunque lo cerró muy rápido en cuanto me vió recuerdo la imágen... La chica tenía a la otra contra la pared mientras tomaba con una de sus manos su barbilla. Eso fué lo que hice, aún así ¡¿qué procede?! Miré directo a los ojos de Mari, eso me puso nerviosa, ella estaba totalmente normal.

Volteé discretamente a un lado, ahí estaban las chicas, Riko tenía su cara de póker, además de estar un poco sonrojada y en su mano cargaba una hoja que en grande decía "beso".

¡¿b-b-b-beso?! ¡¿se supone que tengo que besarla ahora?

No me lo pensé dos veces, es mejor afrontar las cosas sin miedo, así que aún con mi mano en su barbilla la acerqué cada vez más hacia mi, haciendo que nuestras respiraciones chocaran y pudiera escuchar sus latidos, o los míos, tal vez era una combinación de los de ambas, pero sonaban muy acelerados. Antes de unirnos en un beso, miré sus ojos que miraban mis labios y sus mejillas con un notorio sonrojo.

Y otra vez mi mala suerte presente, ¿acaso Yoshiko me hizo un conjuro?

Antes de que pudiera terminar de darle el beso a Mari, la puerta se abrió haciéndonos caer, aunque pude sostenerme del marco de la puerta, pero quedé peor, porque dejé a Mari caer.

-¡chicas!- gritaron las demás para ayudar a mi futura novia a levantarse del suelo, yo me quedé pensando en cómo rayos se había abierto esa maldita puerta.

.

.

.

Pues... Puede que a ustedes si les funcione.

Fase 6:...

cómo conquistar a una chicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora