Somi
Una vez más... Minhyo le escribió una carta a Yeonjun.
Una vez más... no se la envió.
Una vez más... se acercaron.
Una vez más... terminó lastimada.
Y una vez más... la terminé consolando yo.
Estoy cansada de que Minhyo siga sufriendo de esta forma. Que espere que Yeonjun se dé cuenta de que ella es la chica que vive dando vueltas a su alrededor, que es la chica que más lo ama en este mundo, con tal pureza, que con solo ver que es feliz, prefiere no declarársele.
Pero, he de decir que yo no soy igual que Minhyo.
No puedo ver que mi mejor amiga siga martirizándose de esta manera.
Amando, escribiendo y sufriendo.
Al comienzo no lo vi como una mala idea, el que le escribiera cartas al chico del que estaba enamorada, incluso llegué a aceptar que no se las enviara por temor a ser rechazada, pero...
¿Está bien dejarla que continúe así?
¿Soy la única que se ha dado cuenta en todo este tiempo de lo mucho que ella lo ama?
Soy la única que ha secado sus lágrimas, que la ha visto emocionarse por un simple acercamiento, que la ha abrazado, que la ha escuchado.
He escuchado cada carta después de ser escrita.
Soy prácticamente una de ellas, ya que sé todo lo que le sucede perfectamente a Minhyo.
Pero, como su mejor amiga y su Carta #9, no puedo dejar que continúe con esto.
Hoy voy a ponerle fin a todo.
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En casa de Minhyo
Llegué y la que pudiera decir con exactitud y sin miedo a nada que es mi otra madre, me brindó una de sus dulces sonrisas y sus galletas con chispas de chocolate, indicándome que Minhyo se encontraba en su habitación, y como era costumbre, subí las escaleras y entré a su habitación sin tocar siquiera.
-¡¡¡HOLAAAAAAAA!!! -Entré gritando y con una galleta a medias en mi boca-. ¿MINHYO?
-¡Mierda! ¡Qué susto me acabas de dar Somi! ¿Cuántas veces te he dicho que debes de tocar antes de entrar?
-¿Y cuántas veces te he respondido que no lo voy a hacer porque esta también es mi casa?
Minhyo solo se toca la frente con dos de las yemas de sus dedos. Hemos tenido esta conversación más de mil veces, así que no entiendo la razón de su sobresalto y de la discusión tampoco.
-Bueno, vale, ¿y qué querías?
-¿Que no puedo venir a ver a mi mejor amiga porque sí? -me hago la dolida con mi magistral actuación de lágrimas de cocodrilo y una mano en mi pecho.
Minhyo solo me mira arqueando una ceja, sin creerse ni una sola palabra de lo que digo.
-Bueno, la verdad yo quería hablar contigo.
-Joder tía, hablamos todo el tiempo, ¿en serio viniste solamente para eso?
-Pues sí.
-Bueno, ahora hablamos, me voy a bañar, recuerda no tocar nada-me dice desde la entrada del baño con una expresión amenazante.
-Que sí pesada. -pongo los ojos en blanco mientras ojeo revistas acostada en la cama.
Cuando Minhyo entra a bañarse, aprovecho para buscar las cartas que guarda en el tercer cajón de su escritorio, y como estaba cerrado como era costumbre, busco la llave en el pequeño florero de puntos que tiene al lado del ordenador, en el cual, bajo todas aquellas flores de plástico, guardaba la llave de su preciado cajón.
Tanto tiempo de práctica. Conozco bien cómo funciona todo esto.-Me digo a mí misma.
Antes de que saliera mi mejor amiga de su ducha-la cual, por cierto, es increíblemente rápida por lo que debía de actuar más veloz que el correcaminos-, abro el bendito cajón y saco las cartas, todas en orden, de la 1 a la 8, amarradas con un pequeño lazo rojo, y las guardo en mi bolso.
Sé que no tocará más las cartas. No le va a escribir más ninguna, así que no tiene caso que se siga autodestruyendo leyendo sentimientos que debería olvidar.
Por lo que, después de 8 semanas, era mi oportunidad de hacer que las cosas funcionaran.
Nada me iba a impedir que Yeonjun de una buena vez, abriera los ojos.
Ni Mía.
Ni sus amigos.
Ni un baile.
Ahora él haría lo que nunca quiso Minhyo que pasara.
Yeonjun iba a leer las cartas.
Cuando salió del baño mi BFF, secándose el cabello con su toalla azul, le dije que no me encontraba bien del estómago, que más tarde la llamaba para decirle a lo que había venido, lo cual no era más que un pretexto para robar las cartas.
Bueno, no era robar, robar.
El verdadero lector debía de tener lo que era suyo.
Minhyo se quedó un poco dudosa, pero como me había visto comiendo las galletas, simplemente me dejó ir sin preguntarme nada.
Al llegar a mi casa subí corriendo a mi habitación y abriendo mi bolso completamente, lo desparramé todo en la cama, rebuscando entre todo mi desorden, las cartas amarradas por el lazo rojo.
Al tenerlo entre mis manos como hacían apenas unos minutos de mi delito cometido :v, me senté a mi escritorio y en el exterior de cada sobre, puse la misma dirección.
Todos iban a parar a la casa de Yeonjun.
Los dejé en mi buzón y entré sonriente a mi casa.
Algo grande estaba a punto de pasar.
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Hola hermosas personitas :3
Aquí yo bien sexy dejándolos con la intriga. De nada :D
Yo avisé que el fanfic no iba a ser solamente de las cartas, así que ahora es que esto se pone zukulento osiosi 7u7.
Los amo! 🙊❤
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¡¡Yeonjunnie!! ¦Choi Yeonjun¦ ✔️ [1]
FanfictionYeonjun es el chico más popular de la escuela. Me gusta escribirle cartas. Sé que nunca las va a leer. Pero no quiero ser otra de las chicas que se le confiesan y él las rechaza. Por eso no le voy a decir lo mucho que me gusta. Y seguiré amandolo en...