07| Suposiciones

4.5K 237 56
                                    

Ángela

Acomodo mi ropa de deporte en el bolso seguidamente me estiro, me cuelgo mi mochila en la espalda, me pongo frente al espejo y coloco algo de brillo labial en mis labios, seguidamente mis infaltables lentes.

Miro mi cabello unos segundos, ¿Debería dejarlo suelto o atado?

Chasqueo la lengua y termino diciéndole a una de las mujeres que limpia si me podía hacer dos trenzas pegadas, a lo cual ella responde con un sí y luego de un par de minutos lo termina.

— Wao, eres rápida Cintia, ¡Gracias! — ella sonríe.

— Es experiencia, señorita, de nada — me guiña un ojo y seguidamente sale de mi habitación, termino cogiendo el bolso del uniforme de gimnasia y salgo de la habitación.

Cuando llego al comedor ya todos están levantándose para irse, menos papá que al parecer ya se ha adelantado al trabajo, maldigo mentalmente por tardarme tanto y saludo a cada uno con un beso en la mejilla.

— Señorita, su desayuno — me termina dando una de las empleadas un taper con unos sándwiches dentro, agradezco con una sonrisa.

— Se nos hace tarde mocosa, vamos — habla Christian y yo ruedo los ojos, antes de seguirlo rápidamente.

Eran las 8:15 de la mañana cuando habíamos llegado a la secundaria, salí del auto de Daniel, rápidamente sus amigos lo rodearon, pero me separé del grupo cuando vi a Noah salir de un autobús en la esquina. Levanté la mano para saludarlo y caminé hacia él, este me sonrió y trotó a mi dirección.

— Hey — fue lo primero que dijo cuándo me vio, nos dimos un corto beso de mejilla.

— Hola — contesté con una sonrisa — ¿Listo para tu tercer día sobreviviendo en el infierno? — bromeo, este ríe y asiente.

— Listo — reí leve y empezamos a caminar.

Como de costumbre las miradas no se hacían esperar, suspiré frustrada con eso, odiaba todos los ojos en mí; La prensa, el público, la escuela, todo, no me gusta.

Aun no entiendo como mis hermanos y padre pueden adaptarse a eso tan rápido, yo tengo desde que nací exponiéndome a la vida social y ni así logro acostumbrarme.

— ¿Estás bien? — Pregunta Noah en un tono algo preocupado, parpadeo un par de veces y lo miro, asiento.

— Sí, sí, solo es... ya sabes no me gusta la atención — rasqué un poco mi mejilla y Noah ríe.

— Pensé que estabas acostumbrada — me encojo de hombros.

— Nunca he logrado adaptarme — respondo con algo de incomodidad y él asiente.

— Comprensible — es lo único que dice, luego de un par de segundos vuelve a hablar — ahora, a quien no me acostumbro es al amigo de tus hermanos — dijo metiendo sus manos en sus bolsillos.

Frunzo el ceño y lo miro.

— ¿A quién?, ¿Se han metido contigo? — él niega.

— Me refiero a la mirada del tipo, del de ayer — dirijo mi mirada hacia donde él mira.

— Ah, Stephen — ruedo los ojos al toparme con los ojos chispeantes de furia hacia Noah, este último traga saliva.

— Empiezo a creer que tiene algo contra mí — suspiro.

— Ese tipo tiene algo contra todo el mundo, aún me sorprende que tenga tantos amigos — bromeo un poco para aligerar el ambiente, a Noah le saca una sonrisita incomoda mientras intenta ignorarlo.

Un amor que nadie esperabaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora