01| Adios vacaciones de verano

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Antes de comenzar quiero avisar que en este cap leerán un poco de la jerga de mi país de origen, solo para avisar por si ven algo "Mal escrito" en las conversaciones.

Antes de comenzar quiero avisar que en este cap leerán un poco de la jerga de mi país de origen, solo para avisar por si ven algo "Mal escrito" en las conversaciones

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15 de agosto, República Dominicana

Angela;

Las olas del mar eran una hermosa melodía que amaba escuchar, el sol es fuerte, como casi todos los veranos en República Dominicana, descansando me encontraba en una tumbona en una parte de la playa exclusiva que venía con una casa el cual padre le regalo a mi abuelita materna por su cumpleaños, bajo un árbol disfrutando de su sombra y el viento rosaba deliciosamente mi piel junto el olor esencial de la sal marina del mar.

Me estiro en la tumbona, disfrutando del sol y el sonido de las olas. De repente, un pitido agudo me saca de mi ensueño. Miro mi Apple watch con horror. Son las 12:30. Es hora de irme, lo que significaba el comienzo de una semana de clases en cuanto coja el avión privado de mi padre de vuelta a San diego-California.

No es como si no me gustaba ir al instituto donde me encontraba inscrita desde hace dos años, de hecho, todo lo contrario. Pero allá no tenía a nadie, no era porque no podía, sencillamente no quería, estar entre chicas de alto estatus social puede ser bastante difícil, aunque yo misma sea una de ellas. Sin embargo, no comparto su tendencia a juzgar a los demás en función de su atuendo o situación económica.

Juro que lo he intentado varias veces, pero no puedo, sé que seguro hay chicas que no tienen nada que ver con ellas, pero sinceramente, soy muy tímida a la hora de hablar, ganándome entonces el puesto de creída por ser hija menor y la única hembra de mi padre, Andrew, uno de los hombres más influyente en todo el continente y fuera de él.

Y Hablando del rey de romas.

— Ángela sabes que — Lo interrumpí antes de que pueda continuar.

— Ya sé lo que vas a decir, pero no quiero — Me derrame en la tumbona — estoy muy cómoda aquí, no quiero volver.

— Mi niña — Me habla con ese tono dulce como siempre que se dirige a alguno de sus hijos y se sienta en la tumbona a mi lado, quitándose las gafas de sol — ya sabes que en una semana empiezan las clases y yo tengo mucho trabajo.

— Lo sé, pero, ¿Por qué simplemente no nos quedamos viviendo aquí?, de todas formas, trabajas por computadora y tienes una sede aquí – Propuse, pero mis plegarias no fueron escuchadas.

— Ya sabes lo que opino de esto, Ángela, no me hagas repetírtelo – me habla con calma, pero sé que está exasperado por dentro.

— Al menos esta semana más.

— Evangeline, no.

— Prometo comportarme.

— Siempre lo dices, pero no lo haces, no quiero ocasionarle un problema a tu abuela, eres muy inquieta.

Un amor que nadie esperabaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora