05| ¿Descubierto?

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Stephen;

El corazón me late con fuerza en los oídos, la sonrisa de idiota burlona no se me quita de mis labios y paso mis manos algo sudorosas y temblantes en mi pantalón.

Su maldita cercanía me puso nervioso, y eso lo odio.

Me obligo a borrar mi sonrisa en cuanto llego a los chicos y abro mi segunda cerveza del día, ellos no me prestan mucha atención.

Hablan entre ellos mientras juegan en la gran televisión de la sala trasera, hay una habitación de juegos, pero tenía entendido que los amigos de sus hermanos nos ganaron el puesto, por lo que tuvimos que hacer la reunión aquí.

Aunque eso no me importa ahora, nada me importa ahora, más que esa pequeña personita que parece odiar mi presencia con solo sentirme cerca, miro la pantalla sin siquiera prestarle la atención realmente, la cercanía de hace rato todavía me tiene con la mente ocupada.

¿Cómo es posible que huela tan bien aún después de durar casi una hora jugando y sudando?

No. ¿Cómo es posible que esa chica de 171 cm de alto, con sólo su presencia, con solo su hablar, con solo olerla, me tenga con el corazón palpitando de ese modo?

Su forma de caminar, su figura, su cara, la manera en la que habla; tan dulce y delicada a veces.

Aunque a veces habla como un puto camionero.

Me sorprende lo grosera que es esta chica y como puede desprender belleza y elegancia al mismo tiempo.

Princesa...ese nombre le queda tan bien...mi princesa...

Estoy acabado, jodidamente acabado, esta chica me tiene mal y ya es el momento de aceptarlo.

Mentiría si dijera que no aprovecho cada mínima oportunidad para acercarme a ella, mentiría si dijera que parezco un puto acosador mirándola cada vez que llega a un sitio donde estoy yo, mentiría si dijera que mi orgullo masculino no se siente terriblemente herido cuando me ignora, mentiría si dijera que no la sigo desde una cuenta secundaria en todas sus redes sociales, sé cada detalle, por más mínimo que sea y sinceramente me tiene preocupado convertirme en acosador por lo obsesionado que estoy de ella.

Me sé su horario de clases, a donde va los sábados, que restaurantes y comida son sus preferidos, que estilo prefiere, con quienes pasa su tiempo libre en la secundaria o que hace.

Casi todo.

Ama los libros de romance y tan inocente no es cuandouna vez la pillé leyendo un libro que, según investigué, era erótico, con razón la vi apartada en una esquina de labiblioteca.

No me consideraba celoso, pero cuando de ella se trata parece que algo en mí se activa, algo que jodidamente no me había pasado en mucho tiempo, como esta mañana cuando la vi con aquel chico, tenía unas jodidas ganas de golpearlo y llevármela lejos de todo y todos, dónde la tenga solo para mí.

Juro que normalmente no soy así, pero tengo un jodido terror de que alguien más la tenga.

Mía.

Eso es lo que pienso, ella es mía, yo soy suyo, jodidamente suyo, aunque no lo note, aunque no me note.

Suspiro dándole otro trago a mi cerveza, cojo otra fresa de la mesa para llevarla a mi boca, inmediatamente siento el perfume de mi princesa y mis ojos inevitablemente voltean a buscarla.

Ella habla con Daniel, más bien él la regaña por querer comer comida chatarra como cena, los ojos color miel de mi princesa brillan y le hace "Ojitos" a Daniel quien termina convenciéndolo y pidiendo pizza para todos.

Un amor que nadie esperabaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora