Capítulo 27: Manantial y Recuerdos

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Fuli abrió los ojos. La mañana ya había empezado. Lentamente levantó su cabeza con una encantadora sonrisa mientras escuchaba el canto de las aves que se reunían para tomar agua del abrevadero. Soltó aire y estiró su cuello como de costumbre para comenzar el día.

Ella se percató que él no estaba, en su lugar había abrazando por un largo rato la hierba del suelo. Lucía extrañada que Azaad no estuviera a su lado.

De repente, la armoniosa melodía de los pájaros se comenzó a alborotar cuando algo se acercó a una gran velocidad. Fuli lo vio y sonrió. El chita corría directo hacia ella, pero para lograrlo, debía de superar el obstáculo del pequeño abrevadero.

La confianza en su semblante lo dijo todo, saltó, y todos los pájaros huyeron volando.

Las patas de Azaad tocaron tierra y derraparon enfrente de Fuli. Fue pésimo. Probablemente el peor derrape que había hecho enfrente de su primera y mejor amiga.

"Buen día, bella Fuli" le dijo. Para él, un derrape siempre sería un gran derrape; aunque este implicara haber cubierto de polvo a Fuli.

Ella, por el momento, apaciguaría el fastidio, "Buenos días, Azaad" le dijo con gran alegría. Verlo a él con esa renovada energía era suficiente para perdonarle sus infantiles movimientos, "Parece que te has recuperado" dijo agrandando su sonrisa.

Azaad al escucharla sacó el pecho orgulloso, "Por supuesto, estoy más vivo que nunca".

"Y apuesto también" Fuli lo interrumpió.

Oír eso de ella hizo a Azaad automáticamente desinflarse, con una nerviosa carcajada sonrió mostrando todos los dientes.

Ambos se habían quedado embobados, con sus corazones acelerados, preguntándose qué debían hacer ahora.

Azaad ya con una sonrisa más apropiada y Fuli con su genuina pequeña sonrisa decidieron continuar un rato más mirándose felizmente. Fue un largo rato más de estar así. A uno de los dos se le debía ocurrir hacer algo diferente por que si no pasarían un rato más mirándose el uno al otro hasta caer la noche. 

Entonces Azaad, mientras veía a Fuli y pensaba qué era lo que más disfrutaba de ella, se le ocurrió lo que llevaban tiempo sin hacer, "¡Fuli, hagamos una carrera!" le pidió con emoción.

Ella se encogió de hombros aún teniendo sus ojos perdidos en él, "Sabes que me encantaría, pero Rafiki me dijo que no podría hasta que nazca el bebé".

"Azaad entiende", él sonrientemente bajó la cabeza y movió de arriba abajo, de un lado al otro sus hombros mientras pensaba en otro plan. Miró el rostro de la chita de nuevo e inmediatamente se le iluminaron los ojos con una nueva idea, una que sin duda consideró muy ingeniosa de su parte, "Entonces Azaad correrá y esperará a que Fuli llegue caminando"

Ella arqueó la ceja, "¿Es en serio?", con su habitual frase dejó claro que no le había convencido el plan. Fuli acercó su rostro al de él con el propósito que notara a detalle su inconformidad, "Podemos hacer cualquier otra cosa, ¿no crees?, algo juntos, Azaad", ya había estado demasiado tiempo sin él, debía recuperar ese tiempo perdido; que Azaad quisiera adelantarse solo para poder correr un poco no le estaba facilitando eso.

Aún con todo esto, Azaad estaba más que decidido en aplicar su autonombrada "gran idea". Fuli estuvo a punto de fruncir el ceño, sentía muy egoísta por parte de él "la gran idea".

"Azaad promete estar esperando a Fuli con un regalo" le dijo con la misma ilusión que hubiera dicho de cachorro a su propia mamá.

Eso era tierno, Fuli internamente lo admitía, "Mmm, espero que te luzcas" dijo sin otra opción, odiaba que ese dulce chantaje había funcionado para doblegarla. 

El Corazón de una ChitaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora